Indeficiente en 10 años

Como me gusta ir coleccionando palabras de uso poco frecuente, me topé con indeficiente.

Indeficiente significa que no puede faltar.

Y precisamente eso fue lo que faltó.

El 27 de marzo de hace 10 años (es decir, 2013) inauguré este blog con la historia de mi pasaporte salvadoreño.

Había tenido una serie de aventuras para la renovación de ese pasaporte y quise ponerla por escrito.

Se la ofrecí a un amigo que publicaba un artículo semanal en un periódico de El Salvador.

Por supuesto que no hizo eco de mi artículo, así que después de unos días decidí publicar la historia en Facebook.

Un buen amigo de mi adolescencia, Roberto Flores, me hizo un comentario en el Facebook que me motivó: “ahora ya solo te falta un blog”, me puso.

Y pensé que no sería mala idea.

Como no quería escribir solo algo específico, pensé en un título que me permitiera escribir de lo que me diera la gana, hablando coloquialmente.

Multisargumentis

Así empecé entonces blog, dos palabras latinas tomadas del evangelio, donde dice que Jesús hablaba con los apóstoles in multis argumentis, es decir, en muchas cosas.

Una persona me dijo que mi blog podría llamarse “el mundo según Javier Duarte”; solté la carcajada y le di la razón.

Después de siete años en una ubicación, logré crear -con la ayuda de Daniela, Ximena y Lorenzo C.- esta nueva versión de Multisargumentis.

Tener un blog tiene sus ventajas.

-No tenés por que escribir algo con regularidad, como en un periódico.

-No tenés que demostrar que sos experto en todos los temas, como les pasa a algunos periodistas.

-Podés compartir lo que te ha gustado aunque no sea el tema de tu especialidad.

-No hay cartas al editor cuando algún artículo es feo o de baja calidad.

Cuando nadie felicita es cuando notas que no les ha gustado el rollo o choro que les he echado.

Expresión de lo mío

En estos 10 años me he preguntado muchas veces, ¿por qué escribo?.

He encontrado varias respuestas, que voy soltando en desorden, es decir, no están en orden de importancia.

Descubrí que me gusta escribir, ergo, escribo.

Así como toda la vida me ha encantado enseñar, también descubrí que escribir es una forma de enseñar.

Cuando encuentro algo interesante para mí, pienso que puede ser interesante para otros.

Así que lo pongo por escrito y ya está.

A veces quiero manifestar algo que llevo dentro de mi cabeza y/o de mi corazón, y lo plasmo.

Quizá sea alguna idea que no le interese a nadie… pero a mí sí, y la traduzco en palabras.

Me ha ayudado a expresarme mejor.

Consigo romper la rigidez mental que a veces me aglutina.

(Por ejemplo, mi estructura mental me ha exigido en este apartado del post, tener que poner: primera razón, segunda razón… etc., pero mi aprendizaje es que a veces es mejor dejar fluir las palabras sin un orden específico)

Me encanta leer y por lo tanto me gusta contar de lo que leo.

Como dije arriba, me puede mucho enseñar y para enseñar hay que aprender. Y no hay mejor manera de aprender que tratar de explicar algo.

En ocasiones me planteo que con estas palabras procuro dar un sentido positivo a la vida.

En estos 10 años he procurado darle a los post un sentido positivo y no un sentido de crítica a nada.

Suficientes problemas tiene la vida como para que encima tengás que leer cosas negativas o peor, pesimistas.

El pasado

Con frecuencia a algunos nos puede gustar pensar que hubiera pasado si… tal cosa; le hubiera hablado; lo hubiera buscado; …

El famoso hubiera que se dice que no existe.

Y precisamente dando una revisada a mi pasado me encontré con una frase que me encantó.

De un hombre al que tuve oportunidad de ver en varios momentos de mi vida, y que de alguna manera la marcó.

Me refiero a San Juan Pablo II, a quien tuve la oportunidad de ver en 1979, 1983, 1992,1996, 1999 y 2002 (este último año, lo vi dos veces).

Leyendo unos recuerdos de él, me topé con esta frase suya: Ningún hombre puede superar su propio pasado; solo Dios con el perdón (Citado por Joaquín Navarro Vals, en «Mis años con Juan Pablo II).

Porque efectivamente uno no puede cambiar el pasado; no lo podemos superar. Lo que hicimos, decidimos, dejamos de hacer… ya pasó, no lo puedo cambiar.

Y hacer un juicio del pasado con la perspectiva futura, es de los errores que más nos hace perder el tiempo.

«Debería haber hecho esto»… «Cómo no me di cuenta que esta persona me iba a fallar»… «Seguro vos hubieras sido la persona indicada»… y así mil frases.

Eso sí: Dios sí lo supera, con el perdón.

Más prosaicamente valga la pena recordar la canción de José José: ya lo pasado, pasadotodo quedó en el ayer.

Así que lo que escribí o no escribí, quedó en el ayer.

Ahora a ver el futuro. Otros años más, si Dios quiere; o el tiempo que tenga la bondad de darme publicando estas letras que casi siempre las escribo con el corazón.

Agradecimiento

Creo que leer el mundo según Javier Duarte puede ser aburrido para unos… pero para quienes les gusta leerme les quiero agradecer mucho por haberme leído.

En este nuevo blog, llevo casi unas 40,000 visitas. En el anterior alcanzaba casi las 245,000 visitas.

Así que pronto estaré llegando a las 300,000 visitas, como también en un mes y poco más, si Dios lo permite, estaré alcanzando las 3,000 clases dadas en el IPADE en México.

No queda más que volver a agradecer. Decía aquel cantante mexicano, Don Pedro Vargas, Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido.

A Talío vuelvo a agradecer por la foto.