Camina acompañado

Camina acompañado

“Si quieres llegar rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, camina acompañado”. Este refrán popular -que no recuerdo haber oído nunca- fue una de las tantas citas que escuché en la primera parte del Claustro de Profesores del IPADE.

Había comentado en mi post anterior sobre las actividades culturales y familiares que habíamos tenido en el Claustro.

No quiero dejar pasar más tiempo para poner por escrito algunas ideas, reflexiones, apuntes, pensamientos, de los primeros dos días (dos mañanas para ser exacto) donde nos ayudaron a reflexionar sobre la Responsabilidad Social Corporativa.

Quise titular este post con el Camina Acompañado porque claramente yo necesito ayuda para descubrir nuevas facetas.

Me imagino que todas las personas necesitamos esa ayuda de los demás para ver cosas que no vemos con solo nuestro entendimiento y razonamiento.

Un colega me resumió el Claustro -en esta parte más formal- con una frase breve: “hubo un llamado a la esencia del IPADE”.

Recordar los principios, las ideas madres de una institución siempre es bueno.

Uno de los expositores -ya luego hablo de cada uno- no dijo una frase que me encantó: “la responsabilidad social del IPADE es difundir la responsabilidad social en las empresas”.

Estos primeros dos días fueron ese tipo de llamadas. Llamadas a ese “camina  acompañado”, a tratar de difundir estas buenas ideas en las empresas.

La influencia de una escuela de negocios como el IPADE es inconmensurable.

Pienso que es inconmensurable, porque la mayor parte de las influencias van más allá de lo medible. ¿Cómo se mide el cambio de actitud ante el trabajo? ¿Puedo medir que ahora una empresa pone más atención a sus empleados, a su lugar de trabajo, a su formación? ¿Cómo se mide que la empresa pueda ser socialmente más responsable en cuestiones ecológicas?

Son cosas difíciles de medir.

Y el IPADE se presta para influir en personas que antes no tenían la posibilidad de ser influidos.

Rodrigo De León -colega nuestro- nos decía que el empresario es prácticamente “omnipotente” (lo decía en el sentido lato de la palabra).

Y es omnipotente, porque no le responde a nadie y hace lo que quiere (dentro de la ley). No hay un balance con nadie.

Y esa “omnipotencia” le lleva a una gran responsabilidad. ¿Quién se lo dirá?

Aquí entra el IPADE.

Cuando Rodrigo decía esto me recordaba a una forma de gobierno muy antigua: la del imperio.

En la antigua Roma, el emperador era Omnipotente, pero estaba atemperado por el senado. Esa era la gran responsabilidad del senado: atemperar la omnipotencia del emperador.

Si no, el emperador tiende a ser orgulloso a más no poder.

(Aprovecho para ofrecer otro post de un video TED que vi hace unos días por recomendación de un querido amigo, que va por esta línea).

El IPADE entonces es ese lugar de reflexión, lugar de encuentro, donde los empresarios, directores, ejecutivos, van a desarrollar habilidades.

Y nos motivaban a tratar de incidir en esa gente. Cada uno de los profesores desde su propia rama del saber.

Rodrigo decía que “negocio” es la negación de “ocio”. Y que, en el IPADE, al jalar a los empresarios a ese lugar de encuentro y reflexión, dejan el “negocio” para ir al “ocio”.

Y el ocio puede ser considerado de dos maneras: o no hacer nada o dedicarse a reflexionar. Es el llamado ocio creador, el tiempo de pensar, de reflexionar, de pensar en cosas importantes.

Y como seguía diciendo Rodrigo, tenemos la ventaja de que nosotros ponemos la agenda y ponemos el espacio: vamos con ganancia para hacer pensar en las cosas importantes a los empresarios.

Ya este piensa en cómo ser rentable y como ganar más mercado y mejorar la empresa.

Nosotros tenemos que ayudarles a que piensen principalmente en esos otros temas más profundos, que difícilmente lo harán en las circunstancias ordinarias.

Obviamente se los haremos pensar a través de repasar las ideas fundamentales del saber directivo y administrativo de las empresas.

Luego de Rodrigo apareció la protagonista de “Publícalo”: la genial Ana Cristina.

Anacris, como es conocida entre los colegas, nos presentó una revisión de la literatura sobre la responsabilidad social. Otra vez, ese camina acompañado.

A mí, la verdad, me dejó estupefacto de todo lo que nos presentó.

No las voy a detallar aquí, porque no me considero suficientemente capaz de condensar lo que ella nos presentó.

Y más miedo me da que no haya podido captar adecuadamente las teorías que nos comentó.

Al inicio nos comentó una frase acuñada en primer término en francés, noblesse oblige (espero haberla anotado bien).

Que en español se traduce como “Nobleza obliga”.

Hace años publiqué un post donde hacía referencia a esta frase.

Y me hizo recordar también la práctica durante la época feudal de los nobles, que estaban “obligados” a cuidar y defender a sus siervos.

Sistema que falleció con la revolución francesa y que conllevó con la pérdida de esa ayuda de los nobles hacia los que se llamaban plebeyos.

Pero bueno, estos dos párrafos no tienen nada que ver con lo que dijo Anacris; así que reitero mi autoría de estos dos párrafos.

Así que, le pediré a Ana Cristina que se mi próxima pluma invitada en este blog; a ver si se anima a escribir algo de lo que nos comentó en el claustro.

Así que, Anacris, ¡Publíquese!

Tuvimos la visita también de José Medina Mora, Presidente de un sindicato patronal mexicano muy conocido e influyente, llamado Coparmex.

Pepe, como le llamó nuestro nuevo y brillante maestro de ceremonias, nos dedicó una hora para hablar lo que hacen en Coparmex de responsabilidad social.

Yo quedé sumamente impresionado por todo el bien que hacen y los esfuerzos para negociar con el gobierno cuando se presta la situación.

Quizá me gustaría rescatar una anécdota que contó Pepe, y que no era específicamente de Coparmex. Bueno realmente son dos anécdotas.

Con la llegada del actual gobierno, las expectativas de inversión de los empresarios bajaron.

Pepe se reunión con un grupo de alemanes -que ya tienen inversiones en México- y les preguntó si iban a dejar de invertir en México.

Y esto le contestaron: “no solo no vamos a dejar de invertir en México, sino que vamos a invertir más de lo que hemos hecho. ¿Por qué? Porque México tiene muchas condiciones que nos favorecen a nosotros.

“Y además, los gobiernos cambian. Nosotros pensamos y tratamos de ver más a largo plazo”.

Impresionante. Se me ocurría que muchas veces hacemos negocios de hoy para mañana, cuando podríamos pensar a mucho más largo plazo.

La otra anécdota que nos contó fue que hizo una visita a una escuela que tiene una golfista famosa cerca de Guadalajara.

Era época de noviembre o diciembre, con lo que había un poco de frío y Pepe llevaba un sweater, vamos a decir, normal.

Al llegar a la escuela le salió a atender un muchacho joven, que estaba en mangas cortas. Dice Pepe que le dio frío de verlo.

Así que, ni corto ni perezoso, en un acto de desprendimiento, se quitó el sweater y se lo regaló al muchacho.

Este le dijo: “gracias. Ahora podré regalarle mi sweater a otro amigo. Porque siempre hay alguien más amolado que uno”.

No recuerdo si el muchacho fue el de la segunda parte de la frase “porque siempre hay alguien más amolado que uno” o si era Pepe quien decía la frase.

Pero sea de quien sea la frase, es contundente.

Y más contundente la acción del chico: como ya tenía un sweater nuevo, podría regalar el viejo.

Y a veces uno acapara cosas que no usamos. Como dice un amigo “te lo dejo al costo”.

Al día siguiente tuvimos dos conferencias más, pero creo que ya me alargué mucho.

Así que lo dejaré aquí con la obligación (nobleza obliga) de hablar de las conferencias de Daniel Beanza y de Juan Pablo Cannata.

Por de pronto, no olvides: camina acompañado.