Claudia 50

Apareciste justamente cuando ya estaba listo para quererte.

Que suerte cómo te fui a encontrar.

Creo que pocas veces puede uno decir esta frase tomada de una bella canción.

Y para mí tiene un nombre: Claudia.

Mi bella niña, mi hermanita, a la única que vi nacer, pues es la pequeña de la maravillosa familia que formaron la dulce Niña Margoth y el gran Don Rolando.

Y aunque no siempre lo ando diciendo, es un buen momento para decirte que te quiero; de decirte que te quiero, sigue diciendo la canción.

¡Qué maravilla haberte visto el día que naciste y chinearte!

Apareciste justamente cuando ya estaba listo para quererte. Qué suerte fue encontrarte,.

En enero de este año 2023 la Niña Claudia me organizó mi celebración de mis 58 con Javier Boy como elemento central. Aquí me entrega simbólicamente el pastel… ahora yo se lo pongo a ella.
Esta es la foto más vieja que tengo de la Niña Claudita, quien está a la izquierda, en brazos de Silvia, hermana de ambos. La foto la tomé yo (se puede ver como está descentrada, una de las características de mis fotos). A la derecha aparece mi prima Melín con una de las hijas de la Tía Gladis. La foto está tomada en el patio (véase a la derecha ropa tendida y atrás la sombra de la red de la canasta de bkb que don Rolando nos había puesto allí para jugar el deporte que a él siempre le fascinó y jugó marvaillosamente) de la casa de la familia Duarte Schlageter quizá a finales de 1973 o inicios de 1974. Lo que sí queda claro es que hice reír a la niña Claudia antes de tomarle la foto. Esta foto junto a otra de más adelante, las tengo guardadas en una libretita que se usaba para las antiguas cédulas de identidad en El Salvador.
La foto más vieja que tengo con la niña Claudita… 1975 en el Lago de Atitlán, Guatemala, en el Chalet de mis padrinos Luis y Reneé Beltranena. Tenía dos añitos la niña Claudia.
Otra de las fotos tomadas por el autor de estas palabras en la casa de la 71 Avenida Norte 222 Colonia Escalón, en San Salvador. Esta foto es la otra que he guardado en una libretita desde hace varias decenas de años.

Haciendo memoria

Creo que el día que nací metí desorden y problemas en mi casa.

Hasta ese momento todo había sido ordenado con relación a los hijos: tres varones y tres niñas que habían nacido además en ese orden.

De repente, en 1965 apareció un niño rompiendo ese orden previo.

El siete es un número bello.

Que tiene sensaciones e interpretaciones maravillosas como que es un número afortunado, relacionado con la perfección, con la naturaleza e incluso con la deidad.

Hubieron mis papás de modificar la distribución de habitaciones para mandar a todos los varones a unas nuevas habitaciones en el segundo piso, dejando a las tres bellas Duarte’s en la planta baja junto a ellos.

(Por cierto, he puesto adrede el «hubieron» en una expresión en la que puede  utilizarse adecuadamente.)

Pasaron los años y seguía siendo el benjamín de la familia.

Parece ser que era el consentido de todos.

Especialmente de mis cuatro mamás, pues mis tres hermanas fungían también como mamás.

Las historias de Javier Boy que mi mamá inventaba para dormirme (y quizá también calmarme), me hacía sentirme el centro del mundo mundial.

Quizá a todos los consentidos se nos presenta la idea de que podemos llegar a ser el centro del universo… Más bien, pensamos que somos el centro del universo.

Y así actuamos.

Una frase dice: Se subió a un ladrillo  y se mareó.

Porque ese engrandecimiento de niño consentido era como subirse a ese ladrillo.

Y empezaba a girar el mundo a tu alrededor.

La «infausta» noticia

Un día, mi hermana Silvia me dijo, frente a todos que Santa Claus no existía.

Fue un golpe duro de asimilar.

(Ya lo asimilé, por cierto.)

Y algún tiempo después, me di cuenta que mi mamá había estado yendo al médico.

Así que pregunté si estaba enferma de algo.

Y, nuevamente, mi hermana Silvia, con la sinceridad que le caracteriza, me soltó: está esperando a un nuevo hermanito.

El golpe de la frase fue más duro que el de Santa Claus.

Una experiencia absolutamente nueva.

Impensable, pues efectivamente, jamás se me había pasado por la cabeza tener un hermanito.

Y menos las consecuencias que iba a tener eso: dejaría de ser el pequeño, dejaría de ser el consentido… moriría Javier Boy.

Efectivamente, el 21 de mayo, de hoy hace 50 años, nació para este mundo mi niña bonita Claudita…

Claudia Cristina habían sido los nombres que mis tres hermanas habían decidido para ella.

Recuerdo que claramente los 4 varones no fuimos convocados para definir el nombre…

Y creo que mis papás tampoco hubieron de meter baza en esa decisión.

(Perdón, pero se me salió un nuevo «hubieron»)

Dicho sea de paso, «era necesario» que Don Rolando y la Niña Margoth tuvieran 8 hijos, porque ese número siempre ha sido maravilloso dentro de la familia.

Resultados

Pero la experiencia, ya vivida, no fue tan traumática como cuando la vislumbré el día de la sinceridad de la Silvia.

Al contrario.

No fue un evento infausto, sino felicísimo.

Ver a esa niñita pequeña, llorar, dormir, ser cuidada por 4 mamás y 5 papás, además por las personas que participaban en eso, fue maravilloso.

Ver a la enfermera Zoila cómo la atendía, me encantaba, conmovía, removía.

O quizá era porque me encantaban los cubitos de azúcar que tenían para uso de la cipotía (niña en salvadoreño) Claudia.

Yaya recibiría de apelativo familiar.

Todavía recuerdo cuando un par de años después descubrimos una bella y entrañable canción de Gilbert O’Sullivan, titulada Clair.

Esa canción que oíamos con frecuencia le encantaba a mi hermanita Claudia,  especialmente cuando al final de la canción, Clair, se reía.

Lamentablemente me perdí una buena cantidad de años de la vida de mi niña querida Claudia cuando me trasladé a vivir a Guatemala cuando ella tenía casi 10 años.

Nos vimos relativamente poco y hablamos poco durante los años en los que las comunicaciones eran malas, lentas y caras.

Pero desde hace muchos años la he vuelto a descubrir.

Como ponía arriba la también bella canción  de Río Roma,  Apareciste justamente cuando ya estaba listo para quererte.

Junto a mi cuñado René han formado una bella familia con la Titi (la licenciada Titi) y Renecito (como de 1.90 mts y de 23 años pero sigue siendo Renecito).

Creo que a la Claudia le gustará que mencione también a la Kimba, su pastor alemán que les ha acompañado muchos años. (Que por cierto a mi me tiene ojeriza)

Post I

Había  pensado publicar un post después de la celebración, que se tendrá que hacer el sábado 27 por razones técnicas.

Pero luego pensé que podría tener doble homenaje, porque siempre me reclama que la menciono poco en estos post.

Incluso llegó a decirme que «kemoción leer un post para mí, después de 15 años de espera». Hube de reclamarle que el blog sólo tiene 10 años.

Pero como dice la canción, Y aunque no siempre lo ando diciendo, es un buen momento para decirte que te quiero; de decirte que te quiero.

En mi relación con la Yaya se aplica aquel dicho nada hay que ayude a amar que el sentirse amado .

Su practicidad nunca ha evitado los detalles de cariño, que traslucen en pensar en los demás, de manera especial entre sus amigas y entre su familia.

Recuerdo el cumpleaños 50 de mi papa, don Rolando.

En esta foto, don Rolando está cargando a la Yaya de un año y tres meses.

Esa niñita ahora esta cumpliendo la edad que también celebra la foto.

Muchas felicidades Claudita.

Abajo pongo muchas más fotos para entretenimiento…

Galería Fotográfica

Una foto familiar que me parece que es en 1986. Mis papás sentados. Y arriba, de izquierda a derecha: Javier, José Roberto, Luis Carlos y Rolando (en orden inverso de edad). Luego siguen las 4 niñas: Mary, Silvia, Paty y Claudia, en orden de edad. Se ve que quien ordenó para la foto, le afectó el gen suizo.
Una foto en El Cuco, bella playa en el oriente salvadoreño (San Miguel la mitad de la playa, La Unión la otra mitad). La niña Claudia no estaba muy contenta cuando nos tomaron esta foto. Está cargada por la Lorena Avilés, gran amiga de mi hermana Silvia, quien está también sentada. Atrás estamos Mauricio Flamenco, su servidor y Toñito (QEPD), el hijo del guardián de la casa vecina a la nuestra de allá. Circa 1975-6
Esta foto debió ser en Guatemala (en El Salvador no se usa chumpa (chamarra) casi nunca) al rededor de 1983-84… que es cuando recuerdo haber tenido esa chumpa, que la usé hasta el agotamiento.
Esta foto es también durante el viaje a Guatemala en septiembre de 1975. Muy probablemente camino a Chichicastenango o camino al Lago de Atitlán, aunque el fondo no logra distinguirse. De izquierda a derecha: Mary, mi abuelita Fina de Schlageter, yo cargando a la ahora cincuentona Claudia, don Rolando, Silvia, Luis Carlos y Paty. Muy probablemente mi mamá tomó la foto. 5 meses después de esta foto, toda esa zona fue afectada por un violento terremoto que destruyó muchas construcciones, segando la vida de muchos de miles de guatemaltecos.
Tomar fotos ha sido una buena costumbre de la Niña Claudita… Más adelante verán que no ha necesitado palito para hacer selfies de muchas personas. Aquí están dos fotos -no selfies obvio- en dos momentos de la vida de Claudia y su esposo René, con el autor de este homenaje.
Foto más reciente, dando un brinco en las fotos en la casa de Villa Bosque 8, frente al retrato al óleo de la Niña Margoth
Quizá el trabajo más tangible que hemos hecho junto a Claudia es este maravilloso libro que trata de la vida de Don Rolando y la Niña Margoth.
En mi casa en Guatemala, en una visita de los Vásquez Duarte, con la Titi y Renecito. Debió haber sido circa 2010
Casi en el mismo lugar de la foto anterior (ya sin los niños) en 2022. La foto está tomada exactamente enfrente de la anterior.
Una selfie en 2021 en La Lomita (todavía había covid)
Otro selfie en La Lomita en 2021. Se aprecia a Mario, Rolando, José Roberto, Lorraine, Mariselda, Paty, Padre Carlos, René, ,Rolandito, Adriana, Alvarito además de la Niña Claudia y el autor.
Foto de 2023 en Villa Bosque 8. Otra gran genialidad de las selfies «a puro brazo largo» de la Niña Claudia. Se ve a la Niña Mary, Silvia, Mario, Mario y Marito (sí, tres Marios), Paty, Javier (el hijo de la niña Mary), Alvarito, Mariselda, José Roberto además de los dos ya mencioandos.
Con la Titi, la primogénita de Claudia y René circa 1998
Con la misma Titi unos pocos años después, circa 2022
Con Renecisto, o Chiriscluís o Chiris hace unos añitos ya, circa 2010
Con la Claudia y sus hijos Titi y Renecito. También aparece Carlitos, hijo de Silvia. Circa 2008.
Selfie de la Claudia con René y el autor, en 2022, en Guatemala.
La foto más reciente con Claudia y René en 2023 Guatemala