Historia: del Feudalismo a la Revolución Francesa.




En estos días he estado recibiendo mi primer curso de historia formal. Ha sido una experiencia muy agradable, edificante y enriquecedora.

Mis conocimientos de historia prácticamente se reducen a lo aprendido en el colegio en los últimos años de secundaria, y la posterior introducción en la novela histórica.

Allá por los inicios de los 80’s logré conectar con novelas históricas que me fueron encantando. Completé y complementé esto con la lectura de biografías de personajes importantes de la historia. Esta lectura de biografías fue consejo de un buen amigo, Walter Hugo -por cierto es el único Walter Hugo que conozco en el «mundo mundial»- que me decía que para entender y estudiar historia siempre es bueno tener ya un amigo en la época de la historia que uno quiere estudiar. Pues así lo hice. Leí muchas biografías y biografías noveladas, que complementada con las novelas históricas me ha ido dando un conocimiento -superficial, que quede claro- de la historia del mundo occidental.

Si a esto le unimos mi extremada afición por lo datos, podría pensar que tengo unos rudimentos de historia elementales, con hechos y datos necesarios para sobrevivir en algunas referencias históricas. Logré conectar, de manera especial con la época de los Reyes Católicos, su nieto Carlos, los Felipes, hasta que más recientemente he logrado llegar a estudiar más a fondo la guerra de sucesión española finalizada en 1713; así que he logrado reunir datos -muchos inútiles pero muy interesantes- de esta época, en especial de España -el país dominante de ese «mundo mundial»- en esos tiempos.

Así que con esta preparación de la historia me presenté este lunes pasado a recibir mi primer lección de historia. Más concretamente el nombre del curso era «Historia Social de las Organizaciones» que impartía, como parte de la Maestría en Gobierno y Cultura de las Organizaciones, un profesor llamado Agustín González Enciso, historiador y profesor de la Universidad de Navarra.

A esto había que añadir unas cuantas clases más que habíamos recibido anteriormente en esta maestría, pues esta de historia era la última de las materias largas que tenemos (es decir, estamos acabando). Lo que esta maestría ha hecho en mi forma de ver el mundo es algo que he comentado en otros momentos, y que espero seguir profundizando mucho.

Regreso entonces a la materia de historia. Primero fue el rompimiento de esquemas, pues pensaba que el profesor nos hablaría de datos (maña mía). Y no. Fue hablándonos, poco a poco, llevándonos con ritmo por los distintos momentos de la historia occidental. Los descubrimientos no se hicieron esperar:

1. La historia es continua, no de datos como yo la tenía conceptualizada. Las cosas no cambian de un día para otro, sino que se van modificando poco a poco.
2. Hay muchos paradigmas introducidos en las escuelas históricas (especialmente la francesa y la anglosajona).
3. La caída del Imperio Romano fue más traumática de lo que nunca imaginé.
4. El Feudalismo (tan denostado) fue la reacción a la falta de gobierno y autoridad que dejó el Imperio Romano.
5. Descubrí que la monarquía ha sido algo distintos a lo largo de las distintas épocas.
6. Profundicé en el sistema de estamentos, con sus privilegios  (leyes privadas) y con sus oficios y beneficios (esto me impresionó cómo caí en la cuenta de todo lo que sirvió para la época en que funcionó).
7. Los gremios y su función en la sociedad.
8. Me convencí una vez más de lo desastroso que ha sido la Revolución Francesa (a pesar de la tan buena prensa que tiene en todos lados, que la ponen de ejemplo de … no se sabe qué). Me encantó una frase que citó el profesor referida a la revolución francesa: «la razón de la revolución consiste en cambiarlo todo,…, para no cambiar nada».

Estos son algunas de las muchísimas cosas que fui viendo estos días. No menciono todo, porque no tiene sentido, pero sí puedo decir que he podido llegar a conocer cosas que anteriormente ignoraba.

Por supuesto que ni se me ocurre decir que ahora soy historiador. Sería muy tonto. Ya que una cosa que descubrí con este curso, es que la historia puede ser vista como una interpretación de lo sucedido, no la simple narración de lo sucedido -datos- (pero que sí es necesaria). 

La clase de la mañana del viernes fue -a mi modo de ver- como una síntesis de todos los cursos que hemos recibido. Me sucedió un fenómeno que no tengo conciencia de haberme pasado tan radicalmente: empezar a conectar ideas, conocimientos y circunstancias distintas, e ir sacando conclusiones que explican los hechos históricos y por lo tanto los fundamentos de la forma de ser actual de la sociedad. Nuestra sociedad es así por esto, por lo otro, por lo de más allá… ver todas las influencias (o una buena parte) de cómo somos ahora como sociedad: egoístas,  insolidarios, relativistas, intolerantes con los tolerantes, etc.

Como sucede con muchas cosas, la historia y los hechos históricos no tienen un único origen o causa, ni un único efecto. Algo puede suceder después de 10 cosas que han pasado antes.

Estoy muy contento intelectualmente -si se puede hablar así- del contenido de este curso, y en general, de toda la maestría. Hay mucho que aprender y estudiar!!!