Disfruta, agradece y despídete



Hoy el Facebook me recordó un post que publiqué hace 3 años, víspera de mi 50 cumpleaños. En ese post reflexionaba acerca de la llegada a una edad provecta. 

Adjunto el link por si se presta:  http://javierduarteschlageter.blogspot.mx/2015/01/piedra-miliar-de-la-vida.html

Si Dios quiere mañana celebraré los 53 años.
No iba a escribir nada porque llegar a 53 años no tiene ningún significado especial: no es un hito, no es una piedra miliar, no es una milestone”. Quizá lo único es que sea un número primo, el décimo segundo número primo…
Hace como dos semanas, un buen amigo y colega, me mando una caterva de información sobre el número 53… quise elaborar un post sobre algunos de esos datos, pero me quedé en tres párrafos de  una cosa ilegible y por lo demás aburrida.
Así, que decidí no escribir un post. Hasta que ayer  recibí un consejo que me gustó mucho. Me dijeron más o menos así: “Mañana es tu último día con esta edad así que: disfruta, agradece y despídete”.
Me parece que es muy sano, desde todos los puntos de vista, disfrutar cada día. Se aplica no sólo para las vísperas de los cumpleaños, sino para todos los días. Me parece que hay una nota de excelente optimismo en este consejo. Disfrutemos todos los días, y  completo cada día, haciendo lo que cada uno tenga que hacer. Incluso aquellas cosas que no nos gusta hacer y que debemos hacer. Poner toda la ilusión en ellas para que las disfrutemos de a de veras…. Y disfrutar especialmente a las personas que tenemos a nuestro lado, familiares y amigos.

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“Es de bien nacido el ser agradecido” dice el dicho. Aunque pueda parecer antinatural, “tenemos obligación de agradecer”. Entiéndase que el agradecimiento es libre, voluntario y que un agradecimiento obligado no es propiamente un verdadero agradecimiento. Pero debemos darnos cuenta de que tenemos “obligación” de  agradecer… a Dios, a nuestra familia, amigos, compañeros, etc.

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Despídete. Así cómo cada mañana nos debemos levantar –más o menos dormidos- con ánimo de disfrutar el día; de la misma manera debemos acostarnos: despidiéndonos del día; agradeciéndolo y pidiendo perdón a quienes hayamos ofendido con el ánimo de no volver a hacerlo.
Así que aquí les dejo estas breves reflexiones. Y si tienen la bondad de elevar una oración al Señor pidiendo por mí para que sepa disfrutar, agradecer y despedirme cada día.