Aprender a aprender

Aprender a aprender

Un amigo me citaba a un personaje importante que decía que una forma de aprender a escribir es hacer un blog. Y la verdad es que, a mí, me ha ayudado mucho escribir. Desde marzo de 2013 -ya son casi 8 años-, escribiendo con este, 316 posts. Cada vez que me topo con una frase o una idea que me parece interesante, he tratado de guardarla para usarla en un post próximo. Así me pasó con Aprender a Aprender.

Con el post anterior recibí en mi WhatsApp unos comentarios sobre el Aprender a Discurrir. La procedencia de los comentarios eran de Violeta, una gran persona que he conocido en estos tiempos de pandemia, porque hemos trabajado juntos un programa de finanzas que pronto saldrá al aire.

Después de leer el post mencionado, me escribió Violeta: “Este ha sido uno de los temas que más me han apasionado. Aprender a aprender; y aprender de y con los otros. (…). Por eso disfruto tanto mi trabajo. Me da la oportunidad de aprender de los mejores. ¡Todo un regalo!”.

Este primer comentario me encantó. Me encantó eso de aprender a aprender. Es una gran ilusión que tiene Violeta, y muchas otras personas, de estar aprendiendo constantemente. Y no sólo eso, sino de estar continuamente mejorando en la forma de aprender.

La segunda idea que me encantó fue de aprender de y con los otros. Frase doble, porque siempre tenemos posibilidad de aprender de otros. Más difícil es aprender con los otros. Es lo que mi querido maestro Llano decía, que “todo conocimiento es dialógico”, que eso significa aprender de y con los otros: rebotar ideas, darle vueltas a las cosas…

Eso de aprender es genial y más genial es aprender a aprender.

Yo le contesté a Violeta diciéndole que a mí me gusta aprender para enseñar. Siempre que aprendo algo trato de ver cómo enseñarlo, como transmitir esa idea, en qué momento usarlo, cuándo debo colocarlo en alguna conversación o escribiendo estos posts.

Retomando mi post anterior, sólo podemos discurrir cuando aprendemos. Y el aprendizaje siempre está acompañado de otros. Aprender solo se puede, pero es más fácil -y más bonito- aprender de y con otros.

Escribir es una forma de aprender. Aprender a aprender. Aprender para enseñar. Aquí unimos los dos conceptos, el de Violeta y el mío. La maravilla del aprendizaje interactivo, aprendizaje dialógico.

Violeta seguía poniéndome en el chat que una de las cosas que aprendió mientras estudiaba su doctorado fue descubrir que el “conocimiento es un proceso intangible que se acumula con el tiempo”. Y que un gran reto “era seguir el hilo. Seguir las referencias, permitiéndome así llegar hasta los orígenes, cuando esto era posible”. Que ahora con el mundo del internet, llega a ser más fácil.

Otra cosa que me comentaba Violeta, y que me ayudaba a discurrir era que en la búsqueda del conocimiento siempre es conveniente tener unos límites. Porque “como dice el dicho, ‘el que mucho abarca poco aprieta’. Ese es un ‘pecado’ que aprendo todos los días a controlar recordando los principios de humildad y manteniendo viva la oración ‘Señor dame la serenidad…’”.

Cuando leía esto recordaba la frase de Abadía, que decía “… porque a veces pensamos que sabemos de todo y mucho y, sin darnos cuenta, más de uno acaba sonrojándose porque se entera de que las cosas que creía que sabía no las sabía muy bien…”

A todos nos pasa. En otras ocasiones he escrito y dicho aquella frase que puede parecer un trabalenguas, pero que no lo es: “no hay peor persona que el ignorante que ignora que ignora”. Porque es adecuado decir que cuando creemos que sabemos algo, realmente no lo sabemos. Si no, lean el post del Efecto Dunning-Kruger donde trato de explicar bien esta idea.

Aprender a aprender. Fue ‘divertido’ cómo la conversación del chat con Violeta continuó por estos derroteros. Al final me agradeció diciéndome “gracias por regalarme estos momentos de introspección”. Realmente yo tendría que haberle agradecido a Violeta sus pensamientos, que me hicieron reflexionar, un poco tardíamente, pero lo hicieron.

Como colofón, después de la ‘aparente despedida’, me volvió a escribir otra frase con mucha enjundia. “La base para la generación del conocimiento en cualquier ámbito es por un lado la voluntad humana para compartir de forma organizada y asertiva lo que sabe, y por otra, la humidad y apertura para aprender lo que no sabía enfocando la co-creación y el bienestar colectivo”.

Así que, Violeta, muchas gracias por estas reflexiones, que me hicieron pensar cuando me las dijiste, pero que ahora que las he puesto por escrito, todavía me han ayudado más a repensarlas. He logrado discurrir sobre lo que es aprender a aprender.

Sólo me faltó hacer una aclaración. En el texto inicial de Violeta decía que “me da la oportunidad de aprender de los mejores”. Cuando lo escribió -y ahora que lo vuelvo a citar-, nunca he pensado que se refiera a mí, sino a todas las otras personas con las que ha trabajado Violeta. Y no lo digo con una falsa humildad, sino con la realidad de saberse uno realmente cómo es.

Nos veremos pronto.