Evitar el Efecto Dunning-Kruger

Quot capita, tot sententiae, enuncia el antiguo dicho latino. Podríamos traducirlo como “tantas cabezas, tantas sentencias”, o quizá una traducción más libre podría ser “cada uno tiene su propia opinión” o una traducción más popular podría ser “cada uno piensa como le da la gana”. Efectivamente todos tenemos opiniones sobre los diversos temas. Sobre algunos temas tenemos opiniones poco formadas, que quizá con algún argumento interesante nos pueda hacer cambiar de opinión. En otros temas nuestra opinión está más “elaborada” y nos resulta difícil ceder en algo con ella.

En estos últimos meses ha sido interesante descubrir el famoso efecto llamado Dunning-Kruger. Éste es un sesgo cognitivo con el cual pensamos que sabemos más de lo que en realidad sabemos. El efecto más bien se refiere a gente con poca habilidad o conocimientos que “sufren” un sentimiento de superioridad -obviamente ilusorio- por el que se consideran más inteligentes que otras personas más y mejor preparadas. Calculan que su capacidad está muy por encima de la de los demás. Característica de los personajes que sufren del ED-K (Efecto Dunning-Kruger) es que no se dan cuenta de su ineptitud, por lo que serán incapaces de descubrir que no saben lo que alardean controlar.

Por el contrario, quien tiene capacidad se infravalora (bueno, ordinariamente). Así, sigue aquella máxima de Sócrates “sólo sé que no sé nada” que le facilita aprender de los demás.

Padecer el ED-K nos dificulta el aprendizaje porque, ¿Quién será capaz de enseñarme algo a mí que ya conozco todo sobre un punto determinado? Pues nadie. Entonces no hay forma de salir del error. Pobre de aquel que ignora que ignora. Y sabio aquel que sabe que no sabe. Alguna vez he contado en este blog cuando coincidí con mi admirado Carlos, colega y amigo. Le estuve hablando de la forma de tomar un ron específico (yo que casi no tomo ron), sólo por haber oído cómo se debía tomar; delicadamente y con cariño Carlos me aclaró lo errado que estaba, además sin decirme que estaba errado.

No necesariamente quien tiene una opinión y la defiende a capa y espada padece el ED-K. Muchas veces una persona que ha estudiado y pensado acerca de un tema puede tener una opinión muy fuertemente consolidada.

De cualquier manera, siempre es interesante escuchar atentamente las opiniones de los demás, especialmente si estas opiniones contradicen total o parcialmente la nuestra. Al ser una opinión, ésta puede estar errada o bien, siendo una opinión válida y buena, puede haber otra opinión mejor. Aquí es útil aprender de los demás.

Siempre es bueno aprender de los demás. Y hay muchas personas de las que podemos aprender. En estas páginas he comentado mis aprendizajes empresariales de Don Carlos: la sabia candidez de este gran empresario derrumba a cualquiera; y tiene una gran forma de enseñar que cautiva hasta al más incrédulo.

También he procurado aprender de otras personas con las que coincido habitualmente: el optimismo de Álvaro, la tenacidad de Rocío, la paciencia de Mariano, el trabajo esforzado de Roberto, la capacidad de síntesis de Bobby, el realismo de Marielos, la humildad de Nicolás, el toreo político de Rolando, la visión legal de Don Enrique, la capacidad de aprovechamiento de las circunstancias de Don Víctor, la capacidad política de mi tocayo Javier, la creatividad financiera de Remo…. Y así podría seguir con más personas a quienes agradezco por sus ejemplos y experiencias.

Hay dos personas a las que les he aprendido de manera especial en ámbitos empresariales, y a los que, además, les tengo mucho cariño. Irene, de quien he aprendido la valentía, la persistencia y tenacidad. Muchas gracias, Irene.

Y de manera especial le debo mucho a mi amigo y mentor Chepe. ¿Qué decir de él? Pues que le debo mucho y que le he aprendido mucho. Siempre tiene la pregunta bien pensada y colocada en el momento oportuno. Llama la atención su capacidad de gozar y reír en los momentos adecuados, a pesar de las circunstancias que a veces son adversas.  Gracias Chepe.

Lo más divertido de todo esto es que este post no iba a ser sobre este tema, sino sobre una “discusión académica” que he tenido con mi jefe a lo largo de unos años… este tema quedará para la próxima.

Por de pronto, no olvidar nunca que siempre podemos aprender. En cualquier persona podemos encontrar algo para aprender.