Votocracia II



La Votocracia, decíamos nos permite elegir a nuestras autoridades pero luego éstas hacen lo que quieren.

Tenemos un problema serio, que es de difícil solución. 

En el ejecutivo, ordinariamente el que mejor habla y da buenos discursos es el que gana. A veces gana el partido, no el candidato. En Guatemala llevamos ya varios años en que el candidato que queda de segundo lugar en una elección es el primer lugar en la siguiente elección… y muchas veces se ha electo a un candidato en la segunda vuelta por voto contrario, es decir, por el menos malo de los dos; así que alargamos 4 años el sufrimiento, y al final, siempre queda de presidente el más malo de los dos… Posteriormente se empiezan a oír todos los rumores de los porcentajes que cobran para la asignación de contratos públicos, lo que se roban, las malversaciones, etc. Eso es un juego de niños -en cantidad monetaria- con lo que pasa en México. Pues allí la economía es unas 23 veces más grande que Guatemala con lo que la malversación es un «poquito» más grande… y en El Salvador, todo es en dólares…

El Judicial es un poder muy complejo, y realmente lo conozco menos. Casi siempre la máxima autoridad es electa a propuesta de varios cuerpos (Ejecutivo, Colegios profesionales, etc.) y refrendados por el legislativo. En El Salvador ha habido algunos problemas serios en estas cortes, en Guatemala más o menos lo mismo, y de México no tengo idea.

Pero el que tengo atravesado entre pecho y espalda es el poder Legislativo. De entrada a veces le llaman los padres de la Patria… y dan vergüenza. Luego se dice que representan al pueblo, pero siempre votan conforme lo que dice el partido que los postula… así que del pueblo se olvidan. Después nadie los controla, y muchas veces se adjudican unos sueldos, salarios, prestaciones, prebendas, facilidades, exoneraciones, etc., que ya cualquiera desearía tenerlas… Su función es legislar… y como decía una persona hace poco, lo que ahora estos legislan, la próxima legislatura lo cambiará, por lo que no hay problema de tratar de aprenderse las leyes, porque éstas continuamente están cambiando. Se podría decir mil cosas más de los diputados… (de los senadores no tengo tanta queja, porque en Guatemala y El Salvador no hay, y en México son pocos, así que me parece más sensata esa figura).

Es difícil resolver el problema de la cantidad de diputados y del gasto en el que incurren (no se puede decir que sea inversión, sino es un vil gasto)… Una vez se me ocurrió una idea tonta, pero la escribo mejor:

En la práctica los diputados representan a sus partidos. Así que mejor en lugar de que hayan 15 diputados de tal partido (con sus respectivos asesores cada uno de ellos), mejor que sólo haya un diputado en representación de ese partido, pero que tenga voto por 15…. y nos ahorramos el sueldo de 14 diputados y de la caterva de asesores para cada uno de esos 14.

Por supuesto que esto no sería viable. Y casi que ninguna otra propuesta sería viable, porque los mismos diputados legislan sobre ellos mismos, así que por supuesto  nunca habrá una propuesta de ley en la que se disminuyan los diputados, que se rebajen el sueldo, que limiten los asesores, etc. Sólo la habría si algún día tenemos un verdadero líder al frente de nuestros países… alguien que piense principalmente en la gente y no en sus propios caprichos y gustos y en conseguir dinero para sí mismo, y en hacer negocios con el Estado que él dirige…

Ojalá algún día podamos tener a esa persona que vuelva a poner en la ruta del bienestar a nuestras poblaciones. Para que no haya nadie que no tenga lo suficiente para vivir, para que los servicios públicos funcionen, para que no haya corrupción, para que los fondos de pensiones verdaderamente apoyen a los ancianos, para que no haya violencia o robos en nuestras ciudades, para que podamos crecer y que todos tengan lo necesario y un poco más…

Nos vemos otro día.