Mi Sensei Nahum

Mi querido, buen amigo y colega, mi Sensei Nahum de la Vega y Morel, tuvo a bien mandarme un mensaje de WhatsApp comentándome mi post sobre Escardar.  Al principio le comenté que le agradecería si pudiera ponerlo como un comentario al post.

Leyéndolo más detenidamente, me pareció que podría dar para más que un comentario. Entonces, decidí publicarlo y glosarlo de alguna manera. Transcribo lo que me escribió:

La bondad tiene sus recompensas y se retroalimenta a sí misma…

Ella te ha transformado y tú la has transformado…

Esto no queda ahí pues aprendiste que el efecto multiplicador se da en muchos sentidos…

Ahora tú eres y operas diferente y a lo mejor ella igualmente solo por el hecho de haber confiado en lo que ambos podían ofrecer…

Ese intercambio hace que la vida tenga colores diferentes como bien dices en tu post…

Una vez, caminando en un retiro, tuve la oportunidad de salir a caminar con Don Carlos Llano; y aproveché para preguntarle en que consistía la plenitud en la vida…

Después de un rato de silencio me respondió…

“La plenitud consiste en dar…”

Y dicho lo cúal se dió la media vuelta y me dejó…

Desconcertado le grité de lejos: ¿sólo eso?

Se detuvo abruptamente, se volteó y me contestó…

“Y hacer que el otro aprenda a dar…”

Continuó su camino y me quedé solo, pensando si era verdad o sólo se estaba desembarazando de mí para seguir íngrimo su caminata….

He reflexionado mucho sobre estas dos afirmaciones de Carlos.

Y, a través del tiempo, he comprobado que eran verdad; más bien, esas afirmaciones son verdades.

Ahora lo que tu escribes en tu blog…Es otra manera de corroborarlo… Felicidades…

Hasta aquí las palabras de mi querido Sensei Nahum de la Vega. (conste que es mi Sensei intelectual, no de artes marciales, que por lo que sé, sí le hace también)

Darse sinceramente a los demás es de tal eficacia, que Dios lo premia con una humildad llena de alegría”. Es decir, darse a los demás, nos llena de alegría. Y la alegría, por lo tanto, está en la entrega a los demásm, y entonces la plenitud es la alegría.

¿Dónde buscar la alegría? Hace poco me leí un breve artículo sobre la alegría, que quizá puedas leer. Allí comentaba, citando a Tomás de Aquino, que la alegría es un placer intelectual que acompaña a la razón: es un “placer intelectual”. Es poseer el bien que antes ha sido conocido y amado. El gozo de la posesión de algo, intelectual.

Alegría y plenitud. Todos aspiramos a ser felices, gozar de la alegría (valga la redundancia conceptual). A todos nos gustaría tener una vida plena ya que a eso aspiramos. Se me ocurre que podríamos decir que, alegría y plenitud son sinónimos, conceptos similares, que ambos se consiguen con la entrega a los demás, con el servicio a los demás, con el pensar en los demás.

Por contraposición, muchas veces busco la alegría para mí, “tratando de hacerme feliz yo a mí mismo, con mis propias fuerzas”. Luego de un tiempo -espero que más pronto que tarde- caeremos en la cuenta de que, si yo busco mi alegría, mi plenitud, para mí, no la encontraré. Sólo la encontraré si pongo a los demás primero.

Chateaba con una persona muy querida para mí, y me decía, con toda naturalidad y sencillez: “Uno de papá, pone a los hijos primero; pienso más en ellos que en mí mismo”. Y así, pensando en los demás, llegamos a la plenitud, llegamos a la alegría.

¡Oh, que tanto nos falta en una sociedad en la que se nos mueve a que pensemos sólo en nosotros mismos!

Hasta ahorita sólo me he referido a las dos frases de Llano que mi Sensei Nahum me transmitió. Además, en su chat también dice cosas muy profundas. Algunas, me vuelven a teñir de escarlata las mejillas.

Otras son frases para guardar y rumiar (intelectualmente, se entiende). Como esa que dice «Ese intercambio hace que la vida tenga colores diferentes». Tener una vida maravillosamente a full color, por el intercambio entre la bondad y la persona.

Ahora está de moda “meditar”. Es una palabra que yo siempre la había usado en sentido religioso, de hablar con Dios; en los últimos años ha ido derivando hacia reflexionar, pensar las cosas detenidamente, sin referencia a un Ser Superior. Creo que el término queda pobre con esta meditación sin Dios. Pero de cualquier manera que uses la palabra meditar (o más, bien, cómo pones en práctica el meditar), pienso que esta es una frase para meditar a fondo.

Gracias mi Sensei Nahum

PS. Puse en boca de mi Sensei Nahum una palabra -íngrimo- que no la usó. De hecho, es una palabra que no se usa en México (de donde es mi querido Nahum), sino que se usa más bien en Centroamérica.

De hecho, hay una expresión que yo usaba mucho tiempo atrás, para contestar a una pregunta de «¿cómo estás?». La respuesta era «aquí, íngrimo y solo». Un día, estaba en el comedor de profesores del IPADE, en la Ciudad de México, cuando llegó un colega -Ricardo Aparicio- y me preguntó eso, precisamente, «¿cómo estás?». Le di mi respuesta «íngrímo y solo» y Ricardo -quien su rostro siempre manifiesta su estado de ánimo- se me quedó viendo con una cara de «what«.

Entonces pensé que yo no sabía qué significaba esa palabra. Procedí a buscarla en el diccionario digital de la RAE y, ¡oh sorpresa!, íngrimo quiere decir «solo». Por lo que la expresión «íngrimo y solo» no tiene sentido, porque es «solo y solo». Entonces, desde esa ocasión dejé de usar la expresión, pero no la palabra «íngrimo», porque es una palabra muy sonante y bonita (para mí).

Así que, después de esta historia, espero que haya quedado acalarado por qué puse esa palabra en boca de Nahum, y el por qué también de la referencia al diccionario de la RAE que allí está puesto.