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Marian (I) Anécdotas.




Estos días hemos estado en Reunión anual de profesores en el IPADE (Claustro se le llama, haciendo honor a una de las acepciones de esta palabra: reunión de la junta de gobierno de una institución docente).

El Claustro es preparado con varios meses de anticipación y sirve para la formación de los mismos profesores. Este año hemos tenido varias actividades académicas, culturales y un poco de descanso.

Una de las actividades que hemos tenido han sido un par de conferencias de una joven psiquiatra española, hija de un famosísimo psiquiatra -español también- autor de muchos libros. Las dos conferencias me encantaron. De entrada me gustó mucho que no usara ningún medio audiovisual -no Power Point-, sino sólo hablaba. Fueron dos conferencias muy vivenciales, con muchos ejemplos, anécdotas, referencias, desde su profesión, acerca de la familia en el mundo actual.

La doctora, se llama Marian Rojas, y ha tenido en su corta vida una cantidad de anécdotas que algunos no hemos ni conseguiremos en toda nuestra vida. Contaré algunas de las anécdotas (las que me parecieron más simpáticas) y luego algunas ideas sobre la familia, que me parecieron muy útiles.

Marian tiene dos características: persistente y mucha suerte. Nos contó que una vez, estaba en Madrid y tenía que regresar a Pamplona, donde estudiaba medicina. Tuvo un problema con el tren, y la única alternativa que le quedaba era tomar un autobús a las 2:00 am, para llegar a Pamplona antes del inicio de su turno en la Clínica de la Universidad. Su mamá se enteró así que le dijo que se fuera a una cena de una institución benéfica para aprovechar, y que desde allí se fuera a Pamplona. Nos decía que eso la tomó un poco de malas, pero se dijo: «si esto ha ocurrido, será por algo». Así que se fue con ilusión a la cena. Al llegar se topó con una señora conocida y comenzaron a platicar, y resultó que esta señora le pidió que le ayudar a organizar la entrega de unos premios que hacía la fundación a diversas mujeres del mundo; esta entrega se hacía en una fecha determinada en el edificio de la ONU. Así que como Marian habla inglés, le pidió que hablar por teléfono con Bono (el de U2) para pedirle que entregara los premios… ella no se lo creía…. total que tomó su autobús y llegó a Pamplona. Allí la señora le avisa, por teléfono, que la fecha que la ONU les prestaba su auditorio era el 21 de enero; y a Marian le tomaba, exactamente, con el inicio de los exámenes finales del año más difícil de su carrera de medicina. Habló con su tutor y éste le dijo que pidiera que le adelantaran los exámenes, pero que estos iban a ser orales. No le gustó la idea para nada… A los pocos días de esto le habló la señora nuevamente para invitarla a una reunión preparatoria de los premios que tendrían en Gijón (una ciudad del norte español); en esa llamada le pidió la confirmación de la fecha, y le dijo que estaba confirmada, que no había problema ya que la ONU había fijado esa fecha desde hacía algún tiempo. Total que se animó a irse en tren desde Pamplona hasta Gijón (atravesando de este a oeste por todo el norte de España). Los trenes -según nos dijo- eran muy lentos en esos trayectos y hacían muchas paradas. Pero bueno, si eso le servía para ganar un viaje a Nueva York, no lo iba a dejar pasar. Se fue a la estación, y  mientras esperaba se topó con unas «monjas como de 100 años» y platicaron un poco, y les invitó a un café mientras esperaban ya que viajarían en el mismo tren, pues ese tren pasaba por Palencia, donde vivían las monjas. Marian, nada lenta, les pidió a las monjas que rezaran porque le cambiaran la fecha de la entrega de los premios, y las monjas le dijeron que lo harían con mucho gusto; se subieron al tren, se detuvo en Palencia, se despidió de las monjas, y siguió hasta Gijón. Al llegar, su sorpresa fue que la señora le dijo que le habían llamado de la ONU para cambiarle la fecha de la entrega de los premios. Inmediatamente les escribió a las monjas (poniendo en la dirección: Monjas de Clausura, Gijón) para agradecerles el favor.

Relacionada con esta anécdota nos contó que los premios se los dieron a mujeres famosas como Angelina Jolie, Shakira, Yoko Ono, etc. Nos contaba que ella es fan de los Beatles y que cuando niña había perdido a un hermanito. Su mamá le había dicho que su hermanito se había ido al Cielo, así que cuando oyó la canción Imagine (de John Lennon) en la que se menciona «imagina que no existe el Cielo», le causó un trauma existencial muy profundo. Así que años después, aprovechando que veía a Yoko (la viudad de Lennon) se le hizo fácil preguntarle por qué su marido había puesto esa frase en la canción. La respuesta de Ono fue totalmente esperada (para quien la conoce)… sólo se volteó y se fue.
(Mientras terminaba de escribir esto puse en la compu la canción de marras y la verdad es que es muy buena; igual que muchas de ese último disco de Lennon y de toda su producción… yo también soy fan de los Beatles. Pero si quieres saber algo de ellos, puedes consultar en Wikipedia o mejor, preguntarle a Arturo Picos Moreno, Profesor del IPADE, que es experto en ellos, y en otras tantas cosas).
Un año después también en ese ambiente de estos premios, le pidieron que llamara a la misma Yoko Ono para invitarla a la entrega de los premios. Le marcó y le contestó un secretario, a quien le dijo que era una española que el año anterior había estado en la entrega de los premios. Y contaba que sólo oyó de lejos que la Yoko decía: “ah, la que me preguntó sobre el Cielo”. (Lamentablemente ya no nos contó en qué había parado la anécdota).
Nos contó innumerables anécdotas. Sólo contaré una más, la relacionada con la foto. De cualquier manera, la pueden encontrar en su blog (http://comprenderesaliviar.com/tag/marian-rojas-estape/) . Contaba que al terminar un año de la Universidad, le ofrecieron ir a Camboya a un campo de trabajo de asistencia social. Se fue a una librería a buscar información sobre Camboya y encontró, entre otras, un libro escrito por Somaly Mam, una señora que de niña había sido vendida a un prostíbulo, y después de muchas peripecias logró hacer una familia y es una activista muy conocida (y odiada por muchos) que trata de evitar la trata de blancas en su país (Marian nos contó unas historias tétricas al respecto). Total que Marian leyó el libro y se dijo: “tengo que conocer a esta mujer”. Después de miles de peripecias, al llegar a Camboya, y al reclamar por su maleta (después de 1 día de atraso), su vecina de reclamo era la autora. Allí fue el comienzo de una amistad y ayuda mutua entre ambas.
Recientemente le dijo que iba a España y  que si le podía conseguir cita con la Reina. Y Marian se la consiguió aprovechándose de su buena suerte y persistencia (no tenía ningún contacto con la Casa Real). Ambas estuvieron en una audiencia con la Reina Sofía.
Bueno, no quiero abusar de tanta anécdota. Pero da una idea de las cosas que nos contó. Te recomiendo el blog de Marian, cuyo link puse arriba.
Nos vemos pronto. Tengo varios temas en el “teclado” sobre estos días en el Claustro de Profesores del IPADE.