El Apollo de mis abuelitos

A finales de los años 60’s del siglo XX, mis abuelos Schlageter Charlaix compraron un carro que, según sus nietos grandes (mis hermanos) se parecía al Apollo, entendiendo esto como el cohete que lanzaba a los astronautas a la Luna. Uno de mis hermanos me dijo que le habían puesto Apollo al Buick de mis abuelitos, porque era muy grande. Pues me he pasado recordando El Apollo de mis abuelitos mientras leía el segundo libro sobre el viaje a la Luna, escrito por Rafael Clemente.

La verdad, me lo gocé tanto como el primero en el que describía la llegada del hombre a la Luna.

En este segundo libro, se habla de los vuelos del 12 al 17, incluyendo el famosísimo vuelo del Apollo 13, que quizá todos han visto en película protagonizada por un actor del cual omito el nombre.

Contaré algunas cosas que fui anotando mientras leía, pero antes quiero poner mis impresiones de todo el proyecto Apollo.

Fue una decisión magnánima en el sentido más pleno de esta palabra. Las motivaciones de la decisión del Presidente John F. Kennedy fueron eminentemente políticas, pues quería recuperar terreno ante los rusos que habían enviado el primer satélite, el primer ser vivo (Laika) y al primer humano al espacio. Así que lo que les quedaba era llegar a la Luna.

Interesante que a Kennedy no le interesaba mucho el tema espacial como sí le interesaba a su Vicepresidente y sucesor, Lyndon B. Johnson. Ambos presidentes, demócratas.

Más divertido fue el asunto que quien era presidente en todos los años de las visitas a la Luna, era un republicano, Richard M. Nixon, a quien menos le interesaba la exploración lunar, pero que sí le interesaba aprovechar el caudal político de la llegada a la Luna.

Lamentablamente para él, la llegada a la Luna sólo fue «emocionante» en julio de 1969, ya que los otros viajes pasaron bastante desapercibidos (a excepción del Apollo 13). De hecho, Nixon fue quien redujo los Apollo de los 20 programados a los 17 que se realizaron.

Con frecuencia menciono en mis clases que el presidente Nixon fue quien sacó a Estados Unidos del Patrón Oro (en la versión de los acuerdos de Bretton Woods), en 1973. Esto se debió al gasto tan fuerte que tuvo USA en la guerra de Vietnam. La emisión de moneda para sostener esa guerra fue impresionante.

Mientras leía ambos libros, pensaba en la ingente cantidad de dinero que Estados Unidos destinó al proyecto espacial, y en concreto en el Apollo. Pensé que también eso pudo influir en la salida del Bretton Woods.

Todos los Saturnos V utilizados

Así que cuando vi las cantidades correspondiente a ambos acontecimientos, me di cuenta de que mi conclusión había sido precipitada. Todo el proyecto Apollo costó unos 28,000 millones de dólares (de esa época)… y la guerra del Vitenam les costó (sólo en moneda, porque los 60,000 estadounidenses que fallecieron allí son invaluables, así como los miles de vietnamitas también)… pues decía que la guerra de Vietnam les costó la bicoca de 700,000 millones de dólares.

Otra cosa que me llamó mucho la anteción fue la redundancia que tenían todos los procesos y en toda la vida del Apollo. Para casi todo había una alternativa (incluso dos o tres alternativas). Por eso, la explosión del contenedor de oxígeno en el Apollo 13 no les impidió usar el segundo contenedor, lo que les permitió sobrevivir.

Todo lo tenían planeado, pensado, estudiado, registrado, escrito en papel… y los astronautas lo habían estudiado y memorizado. Por supuesto que había ayudas de memoria en sendos cartapacios con todas las cosas que se las habían ocurrido que pudieran pasar… y por supuesto, con todas las cosas que debían hacer mientras estaban en la Luna.

Incluso tenían previsto qué hacer en caso que se quedaran sin baterías a la hora del despegue de la Luna. Tenían que bajar a recoger el Rover (los carros lunares) y conectarlos al módulo lunar y usar esa electricidad para despegar (bueno, lo resumí bastante mal, porque el procedimiento estaba bien explicado cómo hacerlo).

El regolito, como se llama el polvo lunar, es abrasivo y se pegaba a todo lo que aparecía por allí. Cuando alunizaba una nave, se levantaba mucho polvo, pero al no haber prácticamente atmósfera, éste caía inmediatamente.

Lo mismo les pasaba cuando usaron los rovers que llevaron los últimos tres viajes: levantaba polvo, pero caía inmediatamente. Eso sí, en algunas ocasiones, llenaba a los astronautas de polvo.

El Apollo 17 fue el único que despegó de noche.

Referido a la atmósfera: un único alunizaje suponía descargar más de 10,000 kilogramos de gases, que equivale al ¡40% de la atmósfera natural de la Luna!

Al no haber atmósfera, no hay viento, no hay convección, nada se mueve y las temperaturas son extremas. Los días lunares duran 15 días terrestres, así que todos los aterrizajes fueron prácticamente al alba lunar, porque si no, luego el calor es insoportable.

Hubo un astronauta que probó el experimento de Galileo, y soltó una pluma de halcón y un martillo al mismo tiempo. Transmitido en vivo se vió cómo ambos objetos caían al mismo tiempo.

Al no haber atmósfera el polvo que levantaba el rover a máxima velocidad caía en una parábola perfecta, cosa que no sucede en la tierra por la resistencia del aire.

Mientras volaban entre la Tierra y la Luna las naves iban rotando sobre su eje (ortogonal a la dirección de la nave). Daban una vuelta cada 20 minutos para que no se calentara tanto por el sol.

Mientras escribo esto, voy revisando mis apuntes. Y tengo mil cosas que decir, pero tampoco quiero aburrirte. Así que sólo te pondré algunas cosas más… y para más información, puedes leer los libros.

El Saturno V tenía 3 millones de piezas. El módulo de mando tenía 2 millones de piezas, 35 kilómetros de cable y 700 botones. El Apollo de mis abuelitos no tenía tantas piezas… seguro que no, por más que nos pareciera grande a nosotros.

Pongo algunas cosas simpáticas. Hubo un astronauta que llevó dos pelotas de golf y logró golpear una, que voló unos 300 metros según se dice (a la otra no le logró pegar). El único geólogo de profesión fue en el Apollo 17. Al final tiró su martillo por el aire (mal dicho, porque no hay aire, pero no se me ocurre otra forma de decirlo) y su jefe tomó una foto, que siempre ha sido la foto de la «prueba de la existencia de alienígenas en la Luna».

Otro astronauta, durante el regreso se pasó «dictando mentalmente» números a una serie de amigos, para probar la telepatía. El acierto fue del 50%, aunque no fue telepatía, sino que «precognición», pues todos sus amigos estaban «esperando oír sus mensaje telepáticos 40 minutos antes de que los lanzara» pues todo el viaje se retrasó 40 minutos.

El Apollo 15 trajó la «roca del Génesis», datada hace 4,000 millones de años. Luego encontraron unas rocas un poquito más viejas. Luego encontraron una que dataron de 4,470 millones de años.

El Apollo 16 alunizó al lado de un pequeño cráter, que les pudo haber costado la vida, pues hubiera sido muy difícil despegar.

¿Qué nos dejó la exploración de estos 12 hombres que caminaron en la Luna? El autor dedica varias páginas a explicarnos esto. Aquí sólo pongo lo que considero más relevante.

  1. Obligó a desarrollar la miniaturización de una computadora a niveles nunca antes pensado.
  2. Las técnicas de programación también fueron desarrolladas durante el Apollo.
  3. Diseño de nuevos materiales: aleaciones ligeras, depósitos resistentes a la corrosión, técnicas de manejo de líquidos ultrafríos o resinas capaces de soportar temperaturas como las que reinan en el sol.
  4. Hubo que perfeccionar los procesos de conservación de los alimentos al vacío o por liofilización, tejidos no inflamables, redes de comunicaciones globalres, telemetría para monitorizar a distancia las constantes vitales, procedimientos de inspección y control de calidad nunca imaginadas, sistemas fotográficos inmunes a la radiación y a los extremos térmicos…

Quizá una de las herencias más intangibles del Apollo fueron los sistemas de control y organización industrial. Coordinar las tareas de miles de subcontratistas y cientos de miles de técnicos en un esfuerzo común exigió inventar procedimientos de control sistematizados. 400,000 ingenieros y 20,000 empresas contratistas. Apabullantes.

Termino con una frase del libro: «Para muchos, Apollo fue una anomalí histórica. Una empresa fuera de contexto, sólo justificada por unas circunstancias difíciles de repetir, y muy probablemente adelantada a su tiempo».

A mí me ha dejado anonadado todo este magno proyecto.

Gracias por leer hasta aquí.

PS1. Leer estos libros y escribir estos post me recordaron al gran Julio Verne, quien en pleno siglo XIX escribió dos libros relacionados con la Luna, «de la tierra a la luna» y «viaje alrededor de la luna», los cuales tuve el gusto de leer y disfrutar en mi lejana niñez.

PS2. Mi jefe Beto después de leer mi post anterior, me envió la foto del documento de inmigrac2ón de los astronautas del Apollo 11 que aquí adjunto.