¿Podemos confiar 100% en la tecnología?

Esta semana ha sido de lo más variopinta. De hecho, escribo este post todavía en México, esperando el vuelo a Guatemala, porque anoche me dejó el avión.

La historia es más o menos así: llegué al Distrito Federal procedente de Guadalajara a las 6 de la tarde. Al llegar al Salón Ejecutivo de Aeroméxico, la persona que me atendió me dijo: está retrasado el vuelo, y saldrá a las 9.30 pm (una media  hora de retraso, cosa normal en Aeroméxico). Pues me quedé tranquilo, y cerca de las 9 pm, se me ocurrió ver la pantalla para ver la puerta de salida de mi vuelo; mi sorpresa mayúscula fue ver que decía «última llamada»… y la puerta, la más lejana de donde estaba. Salí corriendo lo más que pude, y cuando llegué me encuentro con que el avión ya se había ido. Y comienza el movimiento.

La muchacha que me me atendió en la puerta me dijo que regresara al Salón Ejecutivo para pedir que me dieran cupo para el vuelo del domingo por la mañana sin costo. Rehice el camino hacia el Salón Ejecutivo. El personaje que me había atendido me dijo que él no me había dado esa hora, negándolo enfáticamente. Y también, bastante de malos modos me dijo que la chica que me había informado que él me podía dar un pase para el día siguiente se había equivocado, ya que él no podía hacerlo. Así que, me envió a uno de los módulos que están en medio del aeropuerto.

Soy viajero frecuente, muy frecuente de Aeroméxico, y tengo el nivel más alto de viajero frecuente, y cómo que eso en estos casos no funciona, y no tienen un sistema para atender a este tipo de viajeros.

Menos mal que el chico que me atendió en el módulo de la zona internacional fue muy amable. Me dijo que probablemente tenía que pagar algo, pero que el costo debería ser bajo. Revisó un detalle y efectivamente en el sistema de aeroméxico decía que el vuelo saldría a las 9.30 pm. En ese momento eran las 9.10 ó 9.15 pm y el vuelo tenía ya 20 minutos que había despegado. Me apuntó lo que decía el sistema en el pase de abordar.

Al rato me dice: «mire, mejor vaya a la L3, y vea allí a un supervisor, porque el sistema me está cobrando $ 5,000.00 (pesos) por el cambio para mañana»… 

Lo hice, saliendo de la zona «estéril» del aeropuerto, para llegar al lugar donde se entregan los pases de abordar. El supervisor me atendió bien, pero tampoco nunca fue amable. Vio efectivamente que el sistema decía que mi vuelo estaba programado a salir a las 9.30 pm y entonces me autorizó darme el cambio de vuelo para hoy domingo por la mañana, sin costo alguno.

Me dejó con uno de los que dan los pases de abordar, que me atendió muy amablemente y pronto tenía mi pase de abordar para hoy.

Y siguió el tema de la maleta. Tuve que volver a ingresar a la zona «estéril» del aeropuerto, esta vez vía una zona exclusiva para empleados del mismo. Muy amables los policías.

Llegué a la parte de reclamo de maletas, y el chico que me atendió lo hizo muy bien, excelente. Alfredo Mendoza se llama, ya que fue del único que me quedé con el nombre.

Pues, en contra de todo lo que se suponía, la maleta sí viajó a Guatemala con mi vuelo en el que yo no iba. Así que avisaron a Guatemala, para que me la tuvieran allí guardada esperando mi llegada para hoy. Confío en que esté la maleta allí hoy que llegue. Si no, tendré que hacerle un añadido a este post.

Los sistemas son buenos, siempre que los datos sean bien introducidos. Pero a veces puede haber fallas humanas en la metida de los mismos, o en las correcciones que se hacen. Nada costaría poner una alarma para decir que el vuelo que tenía una hora ahora se adelanta a la hora original, para así avisar a quienes les habían dicho lo contrario.

Cabe tomar en cuenta que en ningún  momento Aeroméxico me ofreció la posibilidad de hospedaje, ni cena, ni dinero para comprar «afeites» ni para ropa. Creo que deberían haberlo planteado en algún momento.

Nos vemos pronto.