(Dejé en «salmuera» este pequeño post porque me salió muy breve. Me he dado cuenta de que no tiene más que le pueda añadir, así que lo publico así no más… una pequeña y breve reflexión)
Hace unos días veía un vídeo, donde los personajes utilizaban la palabra que titula este artículo.
Oxímoron es una figura retórica, consistente en la combinación, en una frase de dos palabras con sentido contrario, como una contradictio in términis, que de alguna manera, genera un nuevo concepto. Como los dos términos son contradictorios, surge, de la retórica una bella y nueva expresión, en la que el lector o el escucha debe poner en juego la imaginación para la creación del nuevo concepto.
Instante eterno; tristemente alegre; fuego helado; luz oscura; apúrate lentamente; placeres espantosos; graciosa torpeza; silencio atronador; son algunos ejemplos de oxímoros.
A veces nuestra vida está llena de oxímoros. Quizá somos lentos para lo que nos gusta, y queremos despachar rápido aquello que nos desagrada. Con frecuencia somos luz de calle y oscuridad en la casa. Ponemos atención a quien está lejos y despreciamos a quien está cerca.
En definitiva, a veces padecemos de «oxímoron vital» (que quizá a su vez sea un oxímoron). Es algo que nos pasa a muchos y que quizá deberíamos, en primer lugar, de identificar. ¿En qué cosas tengo un oxímoron vital?
Lo que he llamado aquí oxímoron vital vendría a ser una especie de falta de coherencia en nuestra vida. De ahí que sea conveniente que tratemos de quitarlo.
En ocasiones necesitaremos de alguien de fuera que nos diga las cosas que nos hacen ser incoherentes en nuestra conducta. Ojalá estemos dispuestos a que nos ayude alguien, ya que siempre cuesta que nos digan las verdades frente a frente. Pero cuesta más decir las verdades a quienes queremos..