¿El paciente marciano o el marciano paciente?




Por azares del destino (realmente, por Providencia) me ha tocado ver dos veces la película sobre el rescate del astronauta dejado en Marte. 


La primera vez la logré ver en dos partes en sendos vuelos en pantalla más o menos pequeño. Luego logré verla más cómodamente y sin turbulencias.

Esa  segunda vez me había planteado  no volver a verla, porque la verdad me había gustado pero no para que en un lapso breve la viera dos veces.


Al final decidí verla y esta segunda vez encontré (como sucede casi siempre) muchas cosas interesantes. 


Hace muchos años vi una película que decía al inicio «basada en hechos reales»… Lo divertido de eso es que al final todos se mueren, por lo que la manida frase la he convertido en más manida. Y empecé a decir que esta película del marciano estaba «basada en hechos reales».


No me entretendré en el análisis de la película más que es clásica película de USA… todo va bien, mejorando, hasta que falla algo… Luego se rompe la única posibilidad y de repente aparece otra totalmente inesperada. Y por supuesto todos sobreviven después de casi morir en el intento… Al final hasta hay un matrimonio (bueno, eso espero que haya habido) y todos «vivieron felices y comieron perdices», con un final de Hollywood a todo dar.


En esta segunda vista, me fui dando cuenta un poco más de algunas cosas que podrían usarse para mis clases de Análisis de Decisiones, como la generación de alternativas para decidir; el involucramiento de las personas que deciden; y alguna que otra cosa más.


Hubo, sin embargo dos cosas que me impresionaron mucho. Hay un momento donde uno de los subordinados le dice al director general de la NASA una frase algo así como: «eres un desgraciado cobarde», cuando tomó una decisión en la que no tenía prácticamente riesgo. Esa frase y alguna acción le costó la renuncia a este personaje.


Pero lo que más impresionó fue la paciencia del astronauta (caracterizado por Matt Damon). 


Tengo claro que es película y además «basada en hechos reales». Al mismo tiempo, tenía en mi Evernote unas fotos de unos textos sobre la paciencia; y cuando dos cosas se  unen, se termina escribiendo un pequeño post.


Una revisada a la definición de paciencia (Diccionario de la lengua española: DLE), nos puede ayudar. Dice la primera acepción de la palabra paciencia: «Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse». Es claro que nuestro astronauta se altera, pero luego lo vemos padecer muchas cosas y realizarlas.


La segunda acepción (DLE) también creo que se aplica: «Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas». Vaya que se pone a hacer cosas pesadas y minuciosas.


La tercera acepción (DLE): «Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho». Quizá sea lo más significante en la película. Ese saber esperar a que lleguen por él es literalmente de película.


La paciencia, como virtud es necesaria para ser virtuoso. Así como no puede existir una virtud sin orden, tampoco puede adquirirse una virtud sin paciencia, para lograr hasta el final conseguir aquello que se busca.  Paciencia en el esfuerzo por alcanzar aquella virtud que se hace difícil de alcanzar.


Por ejemplo, la paciencia en el trato con los demás: en la familia, en el trabajo, en las relaciones sociales… Esa paciencia es la que nos impulsa a ser comprensivos con los demás, teniendo la seguridad de que las personas mejoran con el tiempo, como el buen vino; conste que sólo mejoran con el tiempo los buenos vinos, porque los malos son unos estupendos vinagres.


La cita que tenía guardada proviene de una fuente vieja… Tiene sólo como 1800 años, y está firmada por Cipriano de Cartago, San Cipriano, en un documento titulado De bono patientiae. Entresaco algunas ideas que quizá podrían sernos útiles.


«La paciencia es lo que nos hace valer y nos guarda para Dios… 


Atempera la ira, frena la lengua, rige el pensamiento, custodia la paz, regula las normas de vida, rompe el ímpetu de la concupiscencia, reprime la violencia del orgullo, apaga el fuego del odio.


Nos hace humildes en la prosperidad; en la adversidad, fuertes, y mansos contra las injurias y ultrajes.


Enseña a perdonar enseguida a los que delinquen; y al que ha faltado, a rogar mucho y largo tiempo. 


La paciencia vence las tentaciones, soporta las tribulaciones, y lleva a término los padecimientos y martirios».


Dicho sea de paso, Cipriano murió mártir de su fe católica.


Cuando leí este texto pensé que sería bueno tenerlo con frecuencia delante de mi para no olvidar todo lo que esta virtud nos puede conseguir. 


Así que aquí lo comparto.


Cuando di a revisión a este texto, uno de mis asesores me indicó lo siguiente: La historía del que escribió la novela sobre la que se basa the Martian  también es una historia de virtud y paciencia… quizá