Doctorado Honoris Causa (II). “Detesto leer”.

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Nitin Nohria. Un indio decano de la Escuela de Negocios de Harvard (HBS). Es el décimo Dean de esta escuela en sus más de 100 años. Una personalidad. Tuve la oportunidad de conocerlo en vivo el año pasado –no lo llegué a saludar- cuando estuvo como el orador principal para la celebración de los 50 años del IPADE.  Su currículum es de esos que te tienes que alegrar con la persona que ostenta esos méritos.
En su discurso de agradecimiento y aceptación del doctorado mencionó varias cosas que me llamaron la atención y que comentaré por aquí.
La “pausa estratégica”, son unos momentos de espera, de freno para tratar de ganar la perspectiva del tiempo, antes de tomar una decisión difícil. Así lo recomendaba Nitin. No es una idea nueva, pero me encantó que la mencionara. Muchas veces queremos tomar decisiones ya, y en ocasiones conviene decidir no decidir, para esperar, darle tiempo al tiempo, pensar, consultar, esperar alguna otra información. Llano, recomendaba la diuturnidad, un espacio prolongado de tiempo, necesario para tomar decisiones de envergadura.
Noria recomendaba también un sentido de perspectiva para el director. Ver las cosas desde distintos puntos de vista, desde otros ángulos. De ahí lo interesante de solicitar consejo a otras personas. Me parece que los grandes líderes, escogen a su lado personas que sean capaces de decirles una perspectiva distinta a la de ellos. Los hombres pequeños escogen a su lado personas que siempre les alabarán sus decisiones y no les aportarán una perspectiva diferente. Que enriquecedor es tener a alguien “Contreras” a nuestro; enriquecedor, pero a veces pesado: pero vale la pena.
Hace unos días una persona, que conozco poco, me dijo: “yo detesto leer”. Puse cara de jugador de póker, porque nunca había oído a alguien tan radical sobre una cosa que a mí me gusta mucho. Pero me guardé la frase y creo que viene bien al dedo de la última frase de Nitin Nohria que me gustaría utilizar. Comentaba “tuve el privilegio de trabajar estrechamente con el presidente de Harvard, Drew Faust, un eminente historiador, y gracias a esta colaboración llegué a apreciar profundamente lo útil que puede ser una perspectiva histórica para un líder”. Es de destacar que un Decano de la HBS tenga tan en cuenta la historia. Pienso que a medida que uno estudia algo de historia se va dando cuenta de que la perspectiva histórica siempre es buen, útil, orientadora. Aunque las circunstancias siempre son distintas, los seres humanos reaccionamos de manera similar.
Tener una perspectiva histórica también nos da datos para prever diversos acontecimientos. Viene a mi memoria una afirmación muy fuerte que le oí a mi Maestro Rafael Alvira en una de sus clases. Transcribo literal lo que apunté durante esa clase de hace cinco años: “Después de una generación de promiscuidad, viene un aumento de homosexualidad. Porque el acto sexual se ha convertido en un divertimento; entonces lo hago con quien quiera.” Alvira lo refería al imperio romano; pero queda evidente que aplica perfectamente para nuestra época.
Si detesto leer, no podré tener una perspectiva histórica, porque por más documentales del canal de la historia no se puede comparar con unas buenas lecturas de libros de historia.
Antes de dejar a Nohria, no me queda más que hacer una referencia a la palabra casi exacta de su apellido en español: la Noria. No creo que haya visto una noria en mi vida. Pero sí he visto fotos y más o menos leído sobre cómo funciona: sacar agua de un pozo mediante un movimiento continuo, muchas veces conseguido por un animal, una bestia como se decía antes: un caballo o un burro. Caminando alrededor del pozo, moviendo las ruedas de la noria va sacando agua del pozo dando lozanía al huerto. Un sistema antiguo que funcionó para dar vida y alimento a muchas personas.
La bestia que camina alrededor de la noria va dejando una huella que se llama lendel. Pienso que todos estos personajes, como Nohria, son personas que van dejando un lendel en el camino de otras personas, en la vida de sus contemporáneos.
Ojalá todos nos planteáramos dejar más huella en los demás.
Como decía Doña Natalia López Moratalla (la única mujer entre los doctorandos), “la libertad de la naturaleza humana, la indeterminación frente al automatismo del instinto animal” es una de las cosas que identifica a lo humano. Por eso, por la libertad el ser humano puede dejar huella en otras personas.
Espero regresar pronto.