19 cosas sobre mi Tesina




El miércoles 17 de febrero de 2016 tuve oportunidad de hacer la defensa de mi trabajo final de la Maestría en Gobierno y Cultura de las Organizaciones que ha dado la Universidad del Istmo de Guatemala.

Con este post quiero recordar algunas historias de esta Maestría… al mismo tiempo  dejo a disposición de algún lector interesado el trabajo final, que yo he acostumbrado a llamar tesina.

Por aquello de ordenar, numeraré los temas distintos que tocaré…

1. La Universidad de Navarra (España) hace ya muchos años constituyó el Instituto Empresa y Humanismo, un Instituto multi-facultades, que entregaba el título de Doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones.

2. Con un cambio en la legislación de los estudios doctorales universitarios, lo que anteriormente se llamaba ‘cursos doctorales’ se convirtió en los cursos de una maestría, la cual una vez finalizada, facultaba para iniciar la tesis doctoral (el estudiante pasaba automáticamente a «doctorando»). Esto tiene ciertas ventajas con relación al esquema anterior, ya que las personas que no terminaban el doctorado se quedaban sin  título alguno. Con este nuevo esquema una persona que no termina sus tesis doctoral por lo menos puede obtener el título de Maestría.

3. Por su parte, la Universidad del Istmo de Guatemala se empeñó en doctorar a algunos de sus profesores. Como se sabe, este proceso es caro y de largo plazo. A lo largo de los casi 20 años de existencia, lograron enviar a varios profesores a doctorarse en la Universidad de Navarra, con una estancia en Pamplona de unos meses. Por lo que sé, las experiencias no fueron buenas, pues me parece que no se llegó a los objetivos pretendidos.

4. Para acelerar este proceso de formación, se tuvo que acudir a un sistema distinto. En lugar de enviar uno que otro profesor a «maestriarse» a Pamplona, decidieron que los profesores vinieran a Guatemala para arrancar la maestría aquí. Así que el número de posibles doctorandos se ampliaría de unos pocos a unos 25. Junto con los profesores de la Universidad también entraron a la Maestría en Gobierno y Cultura de las Organizaciones varios profesores de la Escuela de Negocios de la Universidad del Istmo (conocida como Unis Business School,  o como le llamo yo, la «Escuela sin nombre» o «Tayasal» su anterior nombre,… perdón por este comercial aquí)…

5. Por su parte, el IPADE también ha hecho uso de este Instituto de Pamplona para doctorar a algunos de sus profesores. 

6. Y por último, personalmente estaba buscando cómo empezar un programa doctoral, sin tener que dejar de trabajar durante unos años… (Lamentablemente padezco una cierta dependencia a «dar clases», algo así como «contraclasefobia», y no creo que aguante mucho tiempo sin dar clase…).

7. La Universidad del Istmo decidió hacer un convenio con el Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra para dar la Maestría de Gobierno y Cultura de las Organizaciones en Guatemala. Las clases se darían en la Escuela de Negocios y empezarían en la semana de pascua de 2013.

8. Así fue como arrancamos el programa 25 alumnos de diversas edades e intereses. En este blog he publicado varias historias de lo que nos pasó en este año y medio de clases, pues las clases las terminamos en noviembre de 2014.

9. La clase más divertida, con mucho, fue la de Alvaro Sánchez-Ostiz, quien nos enseñó retórica. Nos reímos durante toda la semana, aprendimos bastante a hablar en público y convencer personas… Tanto fue así que al final lo convencimos de que todos merecíamos un 10 de calificación. Para lograr esa magnífica nota tuvimos que hacer arduos discursos en contra de nuestros gustos. Aquí se vio la creatividad de nuestros compañeros porque no era nada fácil defender «a los murciélagos que han llegado a un pequeño bosque en el vecindario» o «decirle que no a la propuesta matrimonial del Príncipe siendo tú Cenicienta» o «hablar maravillas de Patzún de mis amores» (Patzún es un lindo pueblo del altiplano guatemalteco) y un largo etcétera.

10. Mención aparte merecen los dos profesores senior que nos dieron dos cursos cada uno… Rafael Alvira, con quien salgo en la foto y Miguel Alfonso Martínez-Echeverría… Tuvimos la suerte de ser uno de los últimos grupos a quienes dieron clase, porque luego se retiraron ya de la actividad académica formal… 




11. Alvira nos dio dos cursos sin un solo papel enfrente. Citando frases de autores y hablándonos de sistemas de gobierno y teorías sobre el Poder y la Autoridad… Toda una autoridad el hombre.

12. Miguel Alfonso nos dio dos cursos también, como viene dicho, con unos pocos papeles (muy pocos). Especial importancia tuvo el segundo curso porque nos hizo estudiar al famoso Max Weber, a quien tuvimos a bien ponerle de cariño «Voldemort» o el «innombrable»… Fueron buenos y grandes momentos estudiando la obra más importante de Voldemort.

13. Lamentablemente tuvimos una baja en la maestría. Miguel, compañero nuestro, de mente preclara y de un trato humano de primera categoría nos dejó para empezar a vivir una vida más feliz. Un problema cardíaco con un poco menos de 50 años se lo llevó. No sé si las autoridades de la  Universidad le podrán dar un reconocimiento póstumo, pero en mi corazón ya lo tiene, no sólo con el título de master, sino principalmente por todo lo que aprendimos de él en las no tan claras discusiones académicas que tuvimos cuando estudiábamos a Voldemort… Miguel, ‘hay nos preparás un lugar allá arriba’… Seguro estarás grabando lo que pasa en el cielo para que no nos lo perdamos mientras llegamos allá arriba.

14. Al finalizar las clases nos tocó empezar el trabajo final, al que yo llamo tesina. Cada uno fue desarrollando su trabajo conforme iba pudiendo. Algunos no pudieron terminarlo a tiempo, así que me imagino que posteriormente lo terminarán. Otros lo logramos terminar en estos días, con el VoBo de nuestro asesor y lo presentamos. Yo me apunté el primer día para la defensa y creo que la libré, aunque aún no me han dado la calificación… Pero por lo menos no me indicaron que tenía que volver a hacer el examen.

15. ¿Qué aprendí en la maestría? Quizá lo pueda resumir en una frase que solté durante el examen de la tesina: «Al acabar cada curso me daba cuenta de que no sabía nada».

16. ¿Qué aprendí de la tesina? Del contenido muchísimo. Aquí la adjunto… (favor copiar el link y pegarlo… Sino, me lo pedís por mail: jduarte@ipade.mx) 

https://www.dropbox.com/s/xcki6gtp80574ex/La%20toma%20de%20decisiones%20en%20la%20obra%20de%20Carlos%20Llano.pdf?dl=0

17. ¿Qué aprendí de la tesina II? De la escritura: que duelen las muñecas si te pasás varios días escribiendo varias páginas.

18. ¿Qué aprendí de la tesina III? Hay que adaptarse a las reglas de los que califican. Es un trabajo arduo, intenso, aburrido, de constancia y paciencia (cosas de las que carezco a veces)… Es conseguir un «bien arduo» como diría mi buen amigo, colega y maestro Alejo Armenta. Y vaya que es arduo… No quiero ni pensar qué será de la tesis doctoral. Pero sí tendré que pensar en la tesis doctoral, pues es lo que sigue.

19. Sólo me quedan los agradecimientos. No sé por qué, en este trabajo no estaba previsto que hubiera agradecimientos y dedicatorias. Como las dedicatorias son muy difíciles, no las voy a hacer… Pero sí los agradecimientos:

a. A todos los profesores que nos dieron clase.
b. A mis compañeros, por el aprendizaje compartido.
c. A mi asesor, Nahum de la Vega Morell. Me hizo una especie de laude de mi trabajo.
d. A Rafa, mi asistente, quien pacientemente me ayudó dictándome los textos (incluyendo las miles de «,») de Carlos Llano.
e. A Paty Garza, quien desde Turín me aportó invaluables e inobjetables principios de acción transversales que permanentemente generaron líneas de tracción hacia adelante en dicho trabajo (supongo que ella sí entenderá el mensaje).
f. A todos aquellos que me felicitaron por haber terminado esta maestría.