¡Un Kit gigante de cosas envueltas en un paquete llamado IPADE!


Espero que mis preceptuados aquí en la foto me perdonen por usarla. (Ya me autorizaron a usarla)


Hoy, tanto en Monterrey como en el DF, terminaron las clases «normales» del Master de Tiempo Completo del IPADE. Ya se les acerca el final de esta gran aventura a los chicos y chicas de la generación 2012-14.

Por diversas razones, ambas generaciones, la de México y la de Monterrey tienen un lugar muy especial en mi corazón. 

En México, cada dos años he tenido un equipo de preceptuados. De hecho la relación que se consigue preceptor-preceptuado es muy variable. Hay algunos (as) con los que conectas más y otros menos como es lo ordinario. Pero siempre, al ser preceptor de un equipo te crea además, por afinidad, una relación muy especial con toda la generación.

Con Monterrey la situación es un poco distinta. Pero por algunas personas con las que creé una especial amistad, me hizo también tener afinidad con esa generación.

Hace dos años tuve el gusto, el honor y la alegría de recibirlos en el IPADE. No sólo los recibí yo, pero sí fui uno de los primeros profesores que les dí clase. Además, tuve la suerte de darles clase en un par de trimestres, con lo que la amistad y el cariño fue in crescendo.

Cómo mandan las experiencias, durante el segundo año hay un poco de alejamiento del preceptor para no interferir tanto con el equipo ni llevarlos tan de la mano como durante el primer año. Además pasaron tres meses fuera en intercambio, con lo que sólo fueron unos cinco meses de trato.

En Monterrey fue peor el asunto, pues al haber dejado de dar clase ya en el Master de Tiempo completo, casi no he viajado a esa querida ciudad, así que no los he visto mucho, o los he visto muy poco. 

Tengo la suerte de que mañana podré compartir con mis preceptuados de México en una cena, al igual que el lunes, que tendremos una cena especial de despedida de estos dos años.

Y el sábado viajo a Monterrey, donde amaneceré el lunes para poder visitar y despedirme de mis queridos alumnos de esta maravillosas generación.

Hoy, chateando con Ceci, me comentaba que había mejorado en una cosa en la que antes fallaba con frecuencia. Al preguntarle por qué, me contestó literalmente: gracias a «un kit gigante de cosas envueltas en un paquete llamado IPADE». Me gustó tanto la frase que le pedí permiso de usarla… y me lo dio.

El IPADE da más de lo que ofrece. Creo que todos los que hemos pasado por las aulas de esta escuela de negocios podemos confirmarlo. Hoy no son los mismos que hace dos años, han cambiado mucho, para bien, para mejor.

Y los que trabajamos allí también aprendemos de cada uno de ellos…

Felicidades: Gus-Tane (que lo aguantes Tane), JoseMa (fav…), Rod (gracias por todo), Arely (chapa…), Marce (gor…), Bombory (Viva Mérida), Carlos (sigue con el piano), Manuel (adelante con los negocios), Luly (colega), Milton (sin mover las manos), Llanito, Fede,  Marce, Octupus, Señor Presidente, David, Paty, Majo y Pedro, Fer (mi filósofo favorito), Gueoregi (sí, sé que lo escribí mal, perdóname), Rodolfo (te esperamos en unos años de vuelta), Maricarmen, Mike (roomy), Alejandro (colega), Nadim, Alum (Ana…), Norma, Mariana CK, Marilú, Pili (guardo como un tesoro tus resúmenes de finanzas), Tocayo, Mili (qué te digo…), Mónica (me has dado un gran ejemplo), Andalucía (perdóname por decirte así), Alejandro, Mel, y a todos los demás a quienes no puse personalmente…ah, se me olvidaba a Santana…

Felicidades: Favorite, Joserri (que incluye a  Mariana), Rodrigo, David, Ricardo, Erika (ambas), Ceci aquí citada, Alejandra (y sus lentes), Reynelle, Jesús, Manuel Alejandro, Alejandro, Joaquín, Héctor, Ana Cecilia, al bitocayo Francisco Javier, Regina, juan Alberto, Noé, Mauricio, Alberto, Jorge, y a quienes no menciono…. Y a mi querido Novenio.

Para todos, aunque aun no acaba el Mede, muchas felicidades, que sean muy felices, trabajando mucho, y creando unas familias que potencien su querido país.

Gracias a ustedes.