Tengo un sueño


Recientemente en los periódicos se recordó mucho la figura de Martin Luther King, específicamente porque se cumplían 50 años del discurso más famoso de su vida: el que pronunció en Washington en agosto de 1963.
Casualmente he terminado de leer un libro del que ya había comentado algo: “14 líderes inesperados”. Y el penúltimo de los líderes allí anotados es precisamente Martin Luther King. Tenía poco conocimiento de su vida y la breve biografía que leí sobre él me hizo engrandecer su figura. Anteriormente había tenido sentimientos encontrados sobre él; por ninguna razón en específico, si no por pura impresión. Pero la verdad es que fue una persona muy valiente además de inteligente.
Su papá fue un self-made man como dirían en USA. Un hombre que se empeñó en salir adelante a pesar de los problemas de racismo. Terminó siendo predicador de una iglesia en Atlanta. Y logró darle una buena educación a su hijo homónimo, a quien conocemos. Se doctoró en Harvard, y allí se casó y vivió varios años en Boston predicando en una iglesia. Pero tuvo la valentía de regresar al Sur de USA para desde allí tratar de revocar las leyes racistas.
Su lucha por la igualdad de todos los habitantes de USA se basó en las ideas de Gandhi, pero cristianizándolas. Siempre fue un defensor de los movimientos pacíficos.
No sabía que hubo un momento en el cual en Montgomery, Alabama, hicieron un boicot contra los autobuses. Los “negros” tenían que subir a pagar el boleto, bajarse y subir por la puerta de atrás, donde tenían el espacio reservado para ellos; en la parte de adelante iban los blancos. Después de un altercado con una joven de color, se propusieron dejar de tomar los autobuses. Durante 5 meses siguieron funcionando, hasta que los autobuses declararon que no iban a poder seguir funcionando así, porque tenían muchas pérdidas. El boicot siguió todavía otros seis meses hasta que hubo cambios en las leyes para que no hubiera esa discriminación allí.
Sus luchas fueron de ese estilo. Una resistencia pasiva. Él fue la voz. Pero fue apoyado por muchos hombres y mujeres valientes, que arriesgaron la vida para conseguir ese “sueño”. Y muchos de estos hombres y mujeres eran blancos también. Hubo unos “viajeros de la libertad” que tomaban unos autobuses y se mezclaban entre ellos: eran 6 blancos y 6 negros. Rompió muchos moldes. Varios estuvieron a punto de morir quemados, o golpeados por diversos grupos de personas. En ocasiones la policía no actuaba. Algunas de estas aventuras eran publicadas en periódicos o presentadas en TV: esa influencia mediática ayudó muchísimo.
Luther King vivió todavía 5 años más a su discurso famoso de hace 50 años. Falleció a causa de varios disparos que le hicieron en 1968, cuando todavía no cumplía los 40 años.

Nos veremos en otra.