Hoy quiero contarles algo de Daniela y Violeta

Ya llevamos más de un año de estar con los efectos tanto en salud como económicos y de trabajo de la pandemia. Y este periodo ha sido para mí un gran momento de descubrir a dos grandes profesionales, con quienes he trabajado en temas relacionados, aunque entre ambas no habido mucha relación. Hoy quiero contarles algo de Daniela y de Violeta.

A Daniela la conocí hace un poco más de dos años en el aula del Ipade. En el trimestre de enero a marzo del año pasado me tocó volver a darle clase y ahí la “descubrí”. Me enteré de que era periodista y que tenía un negocio de una boutique editorial o una editorial boutique.

No se me pasó nunca por la cabeza que en esa breve plática iba a ser el inicio de una relación profesional muy estrecha y fructífera.

Cuando decidimos con mis buenos amigos Federico y Lorenzo escribir un libro sobre la crisis, desde el punto de vista financiero, centrada en las empresas, se me vino inmediatamente a la cabeza la figura de Daniela.

¡Ella podría ser la editora del libro junto con su profesional equipo de trabajo!

Comenzamos a trabajar.

Fui conociendo a las personas que trabajaban con Daniela: un grupo de profesionales (o profesionistas) que se unieron a su idea de la editorial boutique hace algunos años.

Allí conocí también a quien ahora considero muy buen amigo Lorenzo (un tocayo de mi amigo-colega-compadre Lorenzo), a Lucero, Ximena y a otras personas más.

Sacar adelante un libro en una época de pandemia fue todo un reto tanto para los tres autores como para el grupo de Daniela. Todos aprendimos de todos.

De hecho, Daniela -quien revisó el original varias veces para que no tuviera errores-, nos comentó que el libro le había servido mucho para su empresa.

Y que lo había estado aplicando en la medida en que iba leyéndolo.

El libro, como sabes, salió a la luz en versión digital primero y luego física.

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Por supuesto que trabajar “codo con codo digital” con otras personas te lleva a un proceso de conocimiento y amistad con ellas. Y también te lleva a saber aprovechar otras oportunidades debido a conocimiento en ámbitos en los que tú no estás metido.

Entonces, gracias a Lorenzo, logré hacer el cambio de plataforma para mi blog en este lugar donde estás leyendo estos textos. Ximena además me dio un impulso grande en el manejo de las nuevas herramientas que tiene esta plataforma.

También tenemos otros proyectos con Daniela y su equipo que versan sobre cosas familiares.

(Solo espero que este texto lo lea Ximena quién es la encargada de trabajar un par de libros).

Este libro conecta con Violeta.

Con ella empecé a comunicarme a principios de junio del año pasado.

Me había pedido uno de mis jefes en el Ipade que trabajará con ella un proyecto, para diseñar un curso de finanzas.

Este programa debería entregarse totalmente en línea con un esquema muy distinto a lo que estoy acostumbrado.

Empezamos con nuestras juntas por Zoom para diseñar el curso.

Después de algún tiempo, vimos que lo más conveniente era preparar un programa que incluyera un par de semanas de nivelación financiera y, luego, entrar de lleno a los ocho pasos que planteamos en el libro para afrontar la crisis.

No lleve la cuenta de las veces que nos juntamos remotamente con Violeta para platicar de estos temas, o para que le diera alguna clase y que ella sacara idea sobre esto.

Estas reuniones tuvieron un primer máximo -usando una terminología matemática-, en la segunda semana de enero cuando filmamos, -dirigidos por Violeta-, una serie de vídeos que se usaría para este curso.

A los pocos días de mi filmación, Federico y Lorenzo también hicieron sus filmaciones.

Como comenté, fueron unas actividades muy distintas a las que estaba acostumbrado, pues no me podía mover, no tenía público enfrente, no podía hacer preguntas, no podía equivocarme, tenía que leer lo que había escrito, etc.

Fue una experiencia nueva, que al inicio me dejó un regusto negativo; pero, poco a poco, he ido descubriendo que el regusto negativo ha desaparecido y que ha sido una experiencia súper positiva y con muchísimos aprendizajes.

Sobra decir que en esa semana de enero conocí a Violeta en vivo, en la realidad. Hasta entonces nos habíamos visto unas “sin-cuenta” veces remotamente.

El curso para el cual grabamos estos vídeos empezó hace un par de semanas con tres grupos de 70 personas cada uno y va caminando “viento en popa a toda vela” como se decía antiguamente.

Daniela y Violeta se conocieron -virtualmente- en una reunión de emergencia que tuvimos para resolver un problema relacionado con libros y el curso, que al final tuvimos que resolverlo de una manera subóptima de la que hubiéramos querido.

En estos meses que tengo de conocer a ambas he podido descubrir una profesionalidad de primera. Otra característica que ambas tenían en común era que no les gustaban las finanzas. Daniela por ser periodista siempre había rechazado de alguna manera los números. Violeta es economista y con un doctorado en investigación, pero nunca había sido lo suyo estudiar finanzas y de hecho no le gustaba.

En la semana que nos conocimos, Violeta tuvo un gran detalle.

Me regaló, de parte de su esposo, un libro publicado por él, con una dedicatoria que dice así:

Para Javier, en agradecimiento por haber hecho que le gustaran las finanzas a Violeta”.

Cuando le comenté esta dedicatoria a Daniela, me dijo lo siguiente

eso también lo puede decir mi marido, que has logrado que me gustan las finanzas”.

Una situación de este estilo siempre me termina “sacando los colores”, al mismo que me termina de decirme que voy por buen camino, “haciendo lo que a vos te gusta hacer”, como me dijo mi papá la última vez que lo vi.

Como me pasa con frecuencia cuando escribo estos posts, el pensamiento inicial no se traduce en el devenir de lo escrito.

Había pensado en sacarle jugo a una conversación filosófica-financiera por chat con Daniela.

Pero ya se me alargó este post, por lo que la dejaré para la próxima vez.

Antes de terminar, quiero reiterar mi agradecimiento y mi felicitación a Daniela y a Violeta. Agradecerles lo que les he aprendido y lo que me han ayudado. Felicitarles por su capacidad de trabajo y su profesionalismo. Ha un gusto contarles hoy algo de Daniela y Violeta.

Por de pronto me despido de mis benevolentes lectores, deseándoles una bien vivida Semana Santa, con la alegría de la Pascua.