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El Sprint Final

Tenía casi 13 años cuando el 9 de junio de 2009 mi mamá, mi hermano Fernando y yo, salimos rápidamente de la casa; le habían comunicado a mi mamá que su papá, el abuelito Rolando, se había puesto bastante grave. Este tipo de llamadas se habían vuelto frecuentes ya que la diabetes le complicó mucho la salud a mi abuelo. Por dentro sentí que algo me decía que esta iba a ser la última llamada.

¡Al entrar a su casa recuerdo que todo era un caos y escuchaba a mi tío Rolando, alentando a mi abuelito diciendo “¡Vamos papá! ¡Vamos papá! ¡Es el sprint final, el sprint final!; miren; miren, va subiendo el pulso” decía.

Realmente, para ese momento mi abuelito ya había fallecido; el pulso que se veía era provocado un (un marcapasos con desfibrilador) que le habían puesto en hacía una semana. El sprint final que estaba “agarrando” era directamente al reino de los cielos.

Estas palabras se me quedaron grabadas en mi mente: por el ambiente en que escuche esas palabras y porque el abuelito practicaba el atletismo y seguramente había alguna enseñanza con este término del “sprint final”. Por ello, escribo esto en cómo nos hubiera explicado el abuelito este término del “sprint final”.

El sprint final es conocido en el mundo del atletismo como el punto más importante en una carrera. Es posible que hayas ido de primero, dominando toda la carrera, pero sino haces ese último esfuerzo, -cuando ya puedes ver la meta-, de nada servirá.

Sobre esto se han visto incontables casos, pero uno de los más impresionantes que he visto fue el sprint final de Billy Mills en las olimpiadas de Tokyo de 1964. Mills ganó la carrera de 10,000 metros planos en el último suspiro; las cámaras ni siquiera lo estaban enfocando, ya que no era el favorito a la medalla de oro y, porque dos corredores más iban delante de él. En los últimos 20 metros de la carrera apareció Mills con una gran zancada asegurando la medalla de oro para Estados Unidos.

Lograr tener esta fuerza y determinación no se consigue de un día para otro; se necesita muchísima preparación para lograr en el último instante ese máximo de fuerza mental y física.

En cuanto a lo mental, lo más importante es la visualización y mantener la concentración en todo momento. La visualización se refiere al proceso de recrear experiencias positivas o dibujar nuevos eventos en la mente para prepararse para una situación. Para lograr un buen nivel de visualización tienes que ocupar todos tus sentidos (visual, auditivo, olfato) para hacer de las imágenes las más vívidas y detalladas posibles que recreen lo que pasara. Por ejemplo, si te estas preparando para un partido de futbol puedes visualizar el campo de futbol, el olor de la grama, los fanáticos gritando y tú anotando el gol de la victoria con tu pierna derecha. Con la práctica, la visualización se vuelve más efectiva atrayendo a otro componente importante, la concentración. Concentrarse se volverá más fácil ya que estás mentalmente preparado para la situación y puedes tomar decisiones rápidas y anticipar acciones futuras. Al estar concentrados y activos en todo momento puedes dejar al lado distractores internos (eventos pasados y futuros) y externos (la audiencia, los oponentes, etc.). Como dice el Principio de Pareto

En lo físico es indispensable prepararse con tiempo para la debida meta y competir con personas que son mejores que uno ya que, esto, es lo que nos hace más fuertes. Al prepararse con tiempo se me viene a la mente un término llamado spacing (espaciamiento en español). Este término establece que aprendemos algún contenido de manera más efectiva, fácil y permanece más tiempo en nuestro cerebro cuando lo estudiamos varias veces “espaciadas”, durante un periodo de tiempo más largo, en lugar de tratar de aprenderlo en un periodo corto de tiempo. El clásico ejemplo de esto es estudiar para un examen; conozco a muchas personas que son efectivas estudiando el día antes, desvelándose la noche anterior cuando pudieron haber planeado esto con tiempo, para llegar en la mejor forma posible al examen. Usualmente sino entrenas/estudias/trabajas con tiempo no verás los resultados. Y durante este proceso encontrarás competencia que a medida que pase el tiempo se convertirá en una asociación. Aunque la competencia pueda ser feroz y muy disputada, cada competidor es visto como un facilitador del otro. Los verdaderos competidores quieren oponentes bien emparejados que los desafíen ya que esta sinergia permite a los competidores alcanzar nuevas alturas de excelencia que no podrían lograr estando aislados.

En cuanto a la competencia férrea, hay muchos ejemplos de diferentes empresas, Coca Cola vs Pepsi, McDonalds vs Burger King, Adidas vs Puma; en este último me quiero enfocar. ¿En este momento te preguntaras, porque Adidas vs Puma?  ¿No tuviera que ser Adidas vs Nike? Pues tienes razón, pero la competencia entre Adidas y Puma es mucho más antigua ya que estas dos empresas fueron fundadas en la pequeña ciudad de Herzogenaurach en Alemania por los hermanos Dassler, Adi y Rudolf. Para hacerles corta la historia, estos dos hermanos fundaron la empresa “Gebruder Dassler” haciendo zapatos con los restos de utensilios militares que los soldados habían dejado durante la guerra (partes de paracaídas, cuero de los cascos y mochilas). Después de unos años, sus distintas personalidades y otras situaciones causaron su separación. Adi fundó Adidas mientras Rudolf fundó Puma; ahí empezaría esta árdua competencia. Competían por firmar a los mejores atletas de distintos deportes (Pele y Cruyff con Puma, Beckenbauer y Messi con Adidas entre otros); las mejores invenciones en los zapatos e indumentaria y en cómo se esparcían globalmente. ¿Qué hubiera pasado si estos hermanos hubieran colaborado? ¿Sería una empresa mucho más grande?

También hay importantes ejemplos de colaboración que hacen que quiebren este ejemplo entre Adidas vs Puma. Pero no me cabe la menor duda que esta competencia hizo que estas dos marcas crecieran descomunalmente ya que se fortalecían por esta ardua competencia. 

Siento que todo esto que he elaborado es la explicación que nos daría el Abuelito Rolando si nos hablara del Sprint Final. También diría que este término no se limita al contexto de los deportes o actividad física, sino a todas las actividades que nos involucramos en el día a día. Puede ser un proyecto en el cual hemos estado trabajando durante mucho tiempo y aunque quisiéramos acabarlo rápidamente y quizá de mala gana, lo mejor es “meterle” a ese sprint final para que quede excelente.

También pudiera ser un examen que ya solo queremos acabar sin revisarlo antes de entregarlo, en este caso tenemos que enfocarnos en ese sprint final para corregir algún error que se nos haya pasado de largo a pesar de que los otros compañeros hayan salido de la clase.

En mi caso, aparte de proyectos en el trabajo, mi actividad física ha sido correr durante esta “cuarentena”, y siempre hay un tramo antes de llegar a mi casa que le llamo el “Sprint Final”. Cuando paso este tramo en la ida, me visualizo acabando el tramo en la vuelta. Cuando ya tengo que correr el Sprint Final en la vuelta me concentro aún más en mi respiración e incrementar la velocidad tomando el tiempo con mi reloj (competencia conmigo). En otras palabras, pongo todo mi esfuerzo para finalizar mi corrida de la mejor manera. La manera en cómo lo hizo mi abuelo toda su vida, pero en especial esa mañana del 9 de junio.